Biólogos, expertos y colectivos medioambientales han alertado del daño que se está provocando al río Guadaiza con las obras de “renaturalización” que se están llevando a cabo en su cauce. Denuncian el uso de maquinaria pesada en este río catalogado como Zona de Especial Conservación (ZEC).  Ponen el foco en la falta de rigor a la hora de eliminar las plantas invasoras, el daño que se está haciendo al bosque de ribera formado por plantas autóctonas y en el grave impacto que está teniendo este proyecto en nutrias, peces, galápagos, anguilas, etc.

Por poner en contexto: actualmente el Ayuntamiento está llevando a cabo un proyecto de renaturalización y mitigación del riesgo de inundación del cauce fluvial del río Guadaiza en San Pedro, gran parte financiado por la Unión Europea a través de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que ha otorgado una subvención que supera los 2,6 millones de euros.

El objetivo, según ha explicado el teniente de alcalde de San Pedro, Javier García, es “la conservación de la riqueza del ecosistema existente en el río, apostando además por hacerlo un espacio más amable, medioambientalmente hablando, con la plantación de masa arbórea”. García remarca que también se contempla la eliminación de especies invasoras y la plantación de plantas autóctonas en las orillas, “unas medidas que están basadas en la mejora del espacio fluvial, teniendo en cuenta que el río Guadaiza presenta graves problemas de inundación y notorias alteraciones ecológicas y ambientales”.

Nuevo llano creado junto al puente de la Campana usando maquinaria pesada.

Concretamente, las obras de renaturalización del curso bajo del Río Guadaiza afectan a una longitud de 3.444 metros, entre los dos puentes del Potril en La Campana y el que hay junto a la desembocadura del Guadaiza. Las actuaciones que se están llevando a cabo contemplan la retirada de cañas y especies invasoras, replantar con 8.000 plantas y 600 árboles autóctonos como fresnos y álamos, establecer taludes para fijar el suelo y recuperar el entorno, creación de refugios para nutrias y charcas para galápagos, hacer un senderos nuevos y arreglar otros deteriorados, instalar bancos y farolas, etc.

En definitiva, según señalan desde el Ayuntamiento, “este proyecto combina innovación y sostenibilidad para garantizar que el río Guadaiza se convierta en un ejemplo de gestión medioambiental”.

Sin embargo, el modo en que se está actuando en el río ha suscitado el rechazo de expertos y colectivos.

HABLAN LOS EXPERTOS

Para el que es uno de los mayores expertos en el río Guadaiza, el biólogo marbellí Diego Rodríguez, “lo que se está haciendo es una barbaridad. Se está arrasando con plantas autóctonas como el sauce o el taraje mientras se dejan a lo largo del río numerosos ejemplares de eucaliptos, acacias, palmeras, etc.”.

Según este experto biólogo, “la destrucción de las pozas y en general de la hidrografía del río en esta sección, que era la última que se conservaba sin intervenir con maquinaria pesada de toda la ZEC, implica la desaparición del hábitat para especies como la nutria, el galápago leproso, el blenio de agua dulce (que depende de pozas con grandes rocas para su reproducción), el bordallo malagueño (endemismo de estos ríos), la anguila (en peligro crítico de extinción) y diversas libélulas protegidas y amenazadas de Andalucía».

Llanura ganada el río con los trabajos de renaturalización. El impacto en la vegetación autóctona e invasora es evidente.

Según Diego Rodríguez, «la destrucción total de la vegetación de ribera autóctona en amplios tramos del río deja vía libre a las especies exóticas e invasoras que ya son, tras la intervención con maquinaria pesada, las más frecuentes en las zonas arrasadas. El ecosistema tardará décadas en recuperarse, si es que alguna vez lo hace, ahora que la vegetación invasora apenas tendrá competencia. Esta intervención es exactamente lo contrario de lo que debería ser un proyecto de restauración ecológica, con el agravante de haber sido financiado por la Fundación Biodiversidad y fondos de la UE. Es literalmente el mundo al revés”.

Para Rodríguez, la utilización de maquinaria pesada es un auténtico despropósito: “no se pueden usar. El Guadaiza es un río protegido. Todas las actividades de desbroce de las plantas invasoras deben hacerse a mano y de forma cuidadosamente selectiva por parte de expertos que sepan distinguir qué árboles y arbustos dejar y cuales se deben retirar. En vez de eso, se ha metido la maquinaria arrasando con todo, con las plantas autóctonas y las invasoras. Con lo cual dejan vía libre para que las cañas, una planta invasora muy dañina, tengan toda la luz del sol para colonizar el cauce el río, que es algo que ya se está viendo”.

Las huellas de las orugas evidencias el uso de maquinaria pesada para despejar completamente este tramo del río junto al puente que conecta con el recinto de La Caridad.

Mención aparte merece el tramo del río, junto al campo de fútbol de la UD San Pedro, que tenía varias pozas y una densa cubierta vegetal de plantas autóctonas, “era un refugio para la población de nutrias del río Guadaiza y ha sido totalmente arrasado. Las han dejado sin hábitat”. Rodríguez confía en que estos mamíferos sampedreños, muy adaptativos, hayan podido encontrar otro hogar.

Para el también biólogo Tony Herrera, de la Fundación Nueva Cultura del Agua y miembro del Centro Ibérico de Restauración Fluvial y de la Red Andaluza por una Nueva Cultura del Agua, la mejor manera de que un río sea natural y conserve todos sus valores medioambientales es actuar lo menos posible en él.

“Cada vez que se producen inundaciones, muchas veces se culpa de esos fenómenos a la falta de limpieza de los ríos. Este concepto es erróneo: los ríos se limpian solos, pues tienen la capacidad con las crecidas de eliminar la vegetación que sobra y plantar la que el río necesita. El sistema fluvial diseña su propia morfología, transportando agua, sedimentos, nutrientes y elementos vegetales”.

Herrera alerta de todo aquello, escolleras, terraplenes, etc., que alteran la dinámica natural de un río, “porque la principales causas de muchos fenómenos de inundaciones vienen derivados por actuaciones humanas de defensa e infraestructuras que quizás se hicieron para solucionar problemas en un tramo determinado, pero que lo único que han hecho es trasladar el problema aguas abajo o aguas arriba de esa zona de actuación”.

Uno de los pequeños rincones que se han conservado en buenas condiciones lo largo del tramo afectado por la renaturalización.

Respecto al modo en que se hacen las limpiezas de los cauces, el experto del Centro Ibérico de Restauración Fluvial, “tal y como se realizan, suponen sobre todo el uso de maquinaria pesada y la eliminación abusiva y poco selectiva de la vegetación, con un impacto ambiental muy elevado sobre todo el ecosistema fluvial, que puede tener en muchas ocasiones consecuencias irreversibles”.

UN PROYECTO DENUNCIADO ANTE LA UNIÓN EUROPEA

Con el objetivo de evitar daños mayores a los valores naturales del Guadaiza, desde la Federación Malagueña de Ecologistas en Acción presentaron el pasado verano una denuncia ante la Unión Europea ya que, «se está transformando en un parque urbano con infraestructuras como senderos, pasarelas y mobiliario urbano que nada tienen que ver con la renaturalización real».

La Federación Malagueña de Ecologistas en Acción ha explicado a este periódico que mantuvieron en septiembre una reunión con la Fundación Biodiversidad, responsable de haber otorgado la subvención de Fondos Europeos a este proyecto de renaturalización del Guadaiza. “Nos dijeron que desconocían que se estuviera utilizando maquinaria pesada en el río y que se hubieran abierto senderos o caminos que no estaban contemplados en el proyecto. Desde la Fundación Biodiversidad nos aseguraron que nos pasarían el contenido del proyecto para verificar qué se puede y qué no se puede hacer en el cauce del Guadaiza”, explican desde el colectivo medioambiental.

Charca junto al puente de la Campana llena de peces muertos.

Sin embargo, pasaron las semanas y nada más se supo. Así que los ecologistas contactaron el 14 de octubre tanto con la Fundación Biodiversidad como con el Ayuntamiento de Marbella para solicitar el proyecto de renaturalización. “El Consistorio ni nos ha contestado y la Fundación ahora nos ha dicho que tiene que ser el Ayuntamiento el que dé la autorización para poder entregarlo. Es un escándalo la opacidad con la que se está tratando todo este asunto y que no se pueda tener acceso al proyecto de renaturalización atenta contra la Ley de Transparencia”.

Además, en su denuncia el colectivo ecologista señala que se obvia el papel crítico que juegan estructuras como los pontones de La Campana y Cortijo Blanco, «construidos por el propio Ayuntamiento de forma precaria con tubos sobre el mismo cauce, que actúan como verdaderas presas cuando el río baja con carga sólida (piedras, bolos, arenas, sedimentos, raíces, troncos, brozas etc). 

VERSIÓN MUNICIPAL: TODO SE ESTÁ HACIENDO DE MANERA IMPECABLE

El proyecto de renaturalización del Guadaiza cuenta con el visto bueno de la Fundación Biodiversidad y con las autorizaciones ambientales de la Agencia Andaluza del Agua y la Consejería de Medio Ambiente. Pero, según han explicado fuentes municipales conocedoras del proyecto, “en ningún sitio te dicen cómo tienes que quitar el árbol invasor o las plantas invasoras. Se supone que tienes que aplicar el principio de no causar perjuicio significativo al medio ambiente y que lo que se haga no genere un impacto  ni un daño significativo. Hay que tener en cuenta que había eucaliptos de 20 metros de altura que no pueden retirarse manualmente. Por eso, la maquinaria utilizada en el Guadaiza es la mínima imprescindible, combinada con una intensa participación de operarios especializados. Se ha utilizado un pulpo y grúas con brazos de pluma muy largos para afectar al cauce lo mínimo posible”.

Respecto a las especies afectadas por el proyecto, desde el Ayuntamiento señalan que antes de iniciar las obras se trasladaron varias decenas de galápagos leprosos, especie autóctona, unos metros río arriba del puente del Potril. También se retiraron ejemplares de tortuga de Florida, especie invasora. Respecto a las nutrias que viven en el tramo afectado desde hace muchos años, aseguran que no las han encontrado.

El Ayuntamiento asegura que para finales de año estarán terminados los trabajos de renaturalización del Guadaiza. Expertos y organismos medioambientales han puesto el grito en el cielo sobre un proyecto que consideran que, en vez de renaturalizar el río, lo afecta negativamente en todos sus valores medioambientales de fauna y vegetación autóctona.

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