Ana María Mata -Vox Pópuli- Enredos Políticos

Los españoles no tenemos remedio. Ahora son los políticos, quienes, cavernícolas y persistentes, vuelven a dar en la misma piedra, como si en lugar de buscar la armonía y el orden, hubiesen decidido propulsar la ciénaga en la que ellos mismos se van introduciendo.

En menos de dos semanas hemos tenido un baile de tránsfugas de unos bandos a otros, que parecía dirigido por la orquesta sinfónica. Empezó con el intento de moción de censura al Partido Popular en Murcia, intento fallido, por cierto, que sin embargo arrastró a otros como fue al mismo partido en Castilla La Mancha, igualmente fallido, y un tercer intento en la Comunidad de Madrid que fue abortado por la presidenta Ayuso con la convocatoria de elecciones para principios de mayo.

Un auténtico baile de máscaras que va culminando, por ahora con la salida de más de quince miembros del partido Ciudadanos, quienes han decidido dejar sus puestos y pasarse en su mayor parte al Partido Popular. La revuelta continúa en el momento presente y no se descartan nuevos cambios en esta última agrupación que parece llevar el camino de disolverse.

Nadie sabe hoy con exactitud quien es quien en cada partido y cuales son las intenciones que guardan en la recámara los señores diputados e incluso algunos que solo son miembros de base. El trasiego es de tal magnitud que esperamos el momento de encender el telediario para conocer al nuevo miembro de uno de ellos o la salida de otro del suyo correspondiente.

En este estado de cosas, comprenderán que la ciudadanía esté echa un lío y no sepa a que atenerse en cuanto a infidelidades de unos y otros.

Nos tenían dicho y repetido hasta la náusea que los políticos están -no para servir al pueblo- tópico que abandonamos hace mucho, pero al menos sí para realizar en su nombre las gestiones necesarias que conducen a la organización de un país.

Al tópico del servicio hay que unir otro, el de la vocación. Dicen que el político nace con una decisión irrevocable de ayudar a sus votantes en  la consecución de las variadas necesidades de estos. Que no les mueve la vanidad ni la codicia del poder. Carcajadas aparte, sería de agradecer que los protagonistas de la “movida” de estos días nos explicasen cuales han sido sus intenciones al formar el batiburrillo que han organizado danzando de una bancada a otra sin preocuparse lo más mínimo por los problemas reales que padecemos, ni siquiera por la incidencia del Covid.

La política se ha ido transformando en una profesión adonde se va para alcanzar notoriedad, poder o dinero. Dicho así de duro y de transparente, visto los muchos casos que conocemos y que podemos con toda tranquilidad y sin que nos tiemble la mano, incluir en cada uno de ellos. La mayoría sonríen ante las cámaras, visten con lo que creen que son sus mejores galas para aparentar seriedad  y aprenden cada uno unas cuantas frases no por repetidas menos sentenciosas. Y a dormir, es decir a vivir la vida de político aprendiendo a pelearse entre ellos, al insulto fácil incluso al grotesco si se tercia.

Que no nos vengan diciendo más lo de servir al pueblo, ni lo de la honestidad. Porque el pueblo es manso, tal vez, pero no tonto, y contempla este enredo de puestos y este baile de tránsfugas con la sonrisa irónica de quien está acostumbrado a aguantar.

A cuantos protagonizan estos desbarajustes, suerte en la escalada.

Ana María Mata
Historiadora y Novelista

Publicaciones anteriores de Ana María Mata

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies