Con el objetivo de trabajar en la reducción de los riesgos de inundación en el Río Guadaiza de San Pedro Alcántara, el Ayuntamiento está ejecutando la “renaturalización” de su cauce fluvial, a lo largo de una superficie de 3,44 kilómetros de longitud. Esta actuación cuenta con más de dos millones de euros de una subvención otorgada por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Entre las medidas que se están llevando a cabo se encuentran la creación de 469 metros de nuevos senderos y pasarelas, la adecuación de otros 1.625 de vereda, la instalación de paneles informativos medioambientales y la eliminación de especies invasoras y plantación de flora autóctona en las orillas.

“Desde el Ayuntamiento seguimos trabajando por un entorno más sostenible y natural del Río Guadaiza, con el proyecto de renaturalización del cauce, que está centrado actualmente en la eliminación de caña mediante solarización con manta biodegradable, la limpieza de bolos en los puentes de C/ Tirso de Molina y Carril de Picaza, preservando las especies autóctonas, como los tarajes, adelfas, sauces y acebuches, etc.”.

Sin embargo, desde la Federación Malagueña de Ecologistas en Acción recuerdan que han presentado una denuncia ante la Unión Europea por el uso inadecuado de los fondos del programa Next Generation EU por parte del Ayuntamiento de Marbella y la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.

En concreto, la organización denuncia el proyecto denominado “Renaturalización del cauce fluvial del río Guadaiza”, que lejos de restaurar el ecosistema fluvial, está contribuyendo a su progresiva antropización y urbanización. Advierten en la denuncia que el proyecto denominado REMIMAGUADAIZA “no es una renaturalización, sino una operación de greenwashing institucional, financiada con fondos públicos europeos, que aumenta la presión urbanística y degrada aún más los escasos espacios naturales de Marbella”. 

El colectivo mediomabiental señala que “este proyecto, presentado bajo el pretexto de reducir el riesgo de inundaciones y mejorar la conectividad ecológica del cauce, supone en realidad la destrucción de los escasos valores naturales que aún conserva el río Guadaiza”. En este sentido, la organización ecologista ha podido observar que,  “lejos de restaurar su estado ecológico, se está transformando en un parque urbano con infraestructuras que nada tienen que ver con la renaturalización real, como senderos, pasarelas y mobiliario urbano. Además, se obvia el papel crítico que juegan estructuras como los pontones de La Campana y Cortijo Blanco, construidos por el propio ayuntamiento de forma precaria con tubos sobre el mismo cauce, que actúan como verdaderas presas cuando el río baja con carga sólida (piedras, bolos, arenas, sedimentos, raíces, troncos, brozas etc). Esta situación, sumada al efecto tapón que genera el puente de la A-7, incrementa significativamente el riesgo de inundación aguas abajo, especialmente en la zona de la desembocadura, afectando a urbanizaciones colindantes”.

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