Un terremoto de 8,8 en el península rusa de Kamchatka activó las alarmas en decenas de países hace un par de días. En Rusia, Japón, Estados Unidos, Chile, etc., millones de ciudadanos fueron avisados para que subieran a zonas altas. En la mayoría de los casos las enormes distancias que tuvo que recorrer el maremoto propició que apenas hubiera habido daños personales.
¿Qué pasaría si hubiera ocurrido en Marbella?
En Marbella las circunstancias geológicas y geográficas son completamente diferentes y, además, vamos camino de estar preparados ya que está en fase de aprobación por parte de la Junta de Andalucía del Plan de Actuación Local ante el Riesgo de Maremotos, que busca establecer un marco general de actuación a nivel municipal para minimizar los efectos de un hipotético maremoto en personas, bienes y el medio ambiente, así como asegurar una rápida recuperación de los servicios básicos a lo largo de los 27 km de costa marbellí.
Según el Plan de Actuación Local ante el Riesgo de Maremotos, al que ha tenido acceso este periódico, Marbella se encuentra en el Mediterráneo Occidental, una región tectónicamente activa debido a la interacción entre las placas euroasiática y africana. “Aunque esta actividad tectónica es más moderada que en zonas del Pacífico, existen fallas activas en el Mar de Alborán y la región del Golfo de Cádiz, que podrían generar sismos capaces de producir tsunamis, aunque de magnitudes generalmente limitadas”, puntualiza este documento. Las cuatro fuentes sísmicas que se consideran en el Plan de Emergencia ante el Riesgo de Maremotos en Andalucía y que tendrían consecuencias de distinta magnitud en la costa de Marbella son: Falla ME014 Tofiño-Xauen Bank Northern Flank, Falla ME012 Alboran Ridge South, Falla AR011 Arzew y Falla ME032 Averroes.
Según el Catálogo de Tsunamis del Instituto Geográfico Nacional, hay documentados 22 maremotos en nuestra zona del Mediterráneo, destacando el de 1755 en Cádiz y Huelva, que causó aproximadamente 30.000 muertes. Hay que señalar que este tsunami se produjo en el Océano Atlántico. Concretamente, el Plan de Actuación Local ante el Riesgo de Maremotos contabiliza hasta 8 tsunamis se han registrado en los cinco últimos siglos: a destacar el del 9 de octubre de 1680, cuando se produjo un gran terremoto que alcanzó una intensidad de 8-9 en la ciudad de Málaga (donde un 50% de las casas quedaron inhabitables) y en otras localidades como Mijas o Benalmádena; en total se contabilizan unas 70 víctimas mortales. La mayoría de los autores sitúan el epicentro en tierra al noroeste de Málaga, pero existen documentos contemporáneos que mencionan que tras el terremoto hubo alteraciones en el mar y que las embarcaciones del Puerto de Málaga se elevaron 5 metros con gran estruendo.
En épocas más recientes (9 de septiembre de 1954) tuvo lugar un terremoto cerca de la costa de Argelia, con epicentro unos 30 kilómetros tierra adentro y magnitud de 6,7. A continuación, se desencadenó un tsunami que fue registrado en los mareógrafos de Alicante, Málaga, Algeciras y Ceuta, con una amplitud máxima de 33 centímetros en el mareógrafo de Málaga. El terremoto produjo un deslizamiento submarino que generó una corriente turbidítica dañando seriamente 5 cables submarinos situados hasta 100 kilómetros de distancia de la costa de Argelia. Por último, se podría consignar que el 21 de mayo de 2003 un terremoto de magnitud 6,8 con epicentro en Boumerdès, en la costa de Argelia, produjo un tsunami que se propagó por todo el Mediterráneo occidental. Las mayores amplitudes se registraron en las islas Baleares alcanzando alturas de ola de alrededor de un metro, al menos en Ibiza y en Mallorca; aunque algunas fuentes informan de observaciones no instrumentales de unos 2 metros. Hubo cuantiosos daños a embarcaciones en puertos de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, siendo por ejemplo en Mallorca de alrededor de 150 las embarcaciones dañadas. En la península ibérica se registró en toda la costa mediterránea, donde se midieron amplitudes de ola de hasta 45 centímetros en el puerto de Alicante, 32 centímetros en Valencia o 22 centímetros en Barcelona.
UN TSUNAMI DE 1-3 METROS QUE LLEGARÍA EN 10 MINUTOS
Según los estudios del Grupo de investigación en Ecuaciones Diferenciales, Análisis Numérico y Aplicaciones (EDANYA) de la Universidad de Málaga, en el peor de los escenarios, en el caso de que se produjera un maremoto en el mar de Alborán, se podrían generar olas de entre 1 y 3 metros. Ese tsunami tendría una velocidad aproximada de 20 km la hora y tocaría las costas de Marbella en 10 minutos. Juega a favor de nuestro municipio el que, en su mayor parte, el litoral está en cuesta con lo que el impacto de una ola de este tipo no debería tener consecuencias catastróficas como las que vimos en los maremotos de Japón en 2011 o Tailandia en 2004.
Sin embargo, el hándicap que tiene Marbella es el poco tiempo para reaccionar. Según explica el jefe de Protección Civil, Arturo Arnalich, “la clave es seguir el protocolo que marca el Plan, que pasa porque se avise a la población mediante sistemas como ES-Alert, para que evacuen las playas. Debido a que la ola tendrá como máximo 3 metros de altura, es relativamente fácil subirse al paseo marítimo o a un punto elevado”.
En total, el Plan de Actuación Local ante el Riesgo de Maremotos estima que, desde que el Sistema Nacional de Alerta por Maremotos alerta de un tsunami hasta que suena en el móvil de los marbellíes el aviso de ES-Alert, pasan 6,5 minutos, por lo que las personas tienen 3,5 minutos para buscar refugio en altura.
Concretamente, por zonas de Marbella, la ola llegaría en los siguientes segundos:
-Playa de Calahonda: 522 segundos
-Puerto de Cabopino: 504 segundos
-Río Real: 593 segundos
-Puerto La Bajadilla: 635 segundos
-Puerto Deportivo: 661 segundos
-Embarcadero Marbella Club: 697 segundos
-Puerto José Banús: 698 segundos
– Playa de Guadalmina: 693 segundos
El jefe de Protección Civil explica que el Plan también establece las vías de evacuación, los 69 puntos de encuentro en los que garantizar la seguridad de las personas y su recuento por parte de los diferentes efectivos de Bomberos, Protección Civil, etc., y la formación ante eventuales maremotos a todo el personal de playas. “Al haber tan poco tiempo de reacción es clave el ES-Alert y también el intervenir para mitigar los eventuales efectos del maremoto”. Arnalich señala que, una vez sea aprobado el Plan por parte de la Junta de Andalucía, se procederá a la instalación de señalética normalizada de advertencia, de zonas de inundación, vías de evacuación y puntos de encuentro.
LUGARES VULNERABLES A UN MAREMOTO EN MARBELLA
La mayoría de los edificios situados cerca de la costa en Marbella tienen una vulnerabilidad baja ante un maremoto. En el Plan “se aprecia que los edificios e instalaciones de los cuatro puertos son zonas vulnerables a considerar, así como los restaurantes y chiringuitos situados en las playas, puesto que se encuentran en primera línea de costa, sin muros perimetrales y con probabilidad de arrastre de objetos móviles. Las playas de la zona oriental (el Alicate, Real de Zaragoza, las Cañas, las Chapas…) son las áreas con más densidad de edificaciones expuestas al riesgo de maremotos”. De entre las decenas de restaurantes, chiringuitos e instalaciones, el Plan estima que algunos inmuebles como Marisquería el Ancla o Restaurante La Guayaba Beach o el Edificio de Control/Almacén en el Puerto Deportivo de Marbella o el Restaurante Simbad El Marino o Cocoa Beach Marbella y Chiringuito Las Dunas en la Playa de Calahonda tienen un riesgo medio.
Sin embargo, el peligro más inmediato para las personas en caso de tsunami es el de arrastre por el reflujo de la corriente generada. En este sentido, el Plan señala las playas de poniente (Guadalmina, Linda Vista y San Pedro de Alcántara) como las que quedarían expuestas a valores más altos de flujo. Igualmente, pone el acento en las desembocaduras de los ríos Verde, Guadalmina, Guadaiza y Real como puntos en los que el tsunami podría tener más recorrido.
Es poco probable que se produzca un maremoto en Marbella que pueda tener efectos potencialmente desastrosos. Pero hay que estar preparados. El municipio será uno de los primeros de Andalucía en aprobar en breve el Plan de Actuación Local ante el Riesgo de Maremotos. Como se ve, las posibles olas serían de sólo 1-3 metros de calado aunque el tiempo de reacción será esencial para evitar posibles daños personales.
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