Francisco Moreno – Marbellenses –

UN MARBELLENSE TRAIDOR A LOS BORBONES

Francisco Moreno

No se alarmen por el título, la actualidad, con la intensa polémica suscitada en torno a la salida del rey emérito de España, puede incitar a creer que hay entre nuestros convecinos un conspirador contra la Corona. Desconozco si lo hay, seguro que habrá muchos partidarios tantos como detractores. Una manifestación más de lo divididos y apasionados que solemos ser los españoles en cuestiones ideológicas.

Los hechos que voy a narrar sucedieron en plena guerra de Sucesión por la corona hispana entre los partidarios del archiduque de Austria y los de Felipe V entre 1701 y 1713, una guerra civil con extensiones europeas que finalizó con la victoria de la casa de Borbón y la pérdida de muchos territorios tras el tratado de Utrecht.

Cristóbal Guerrero de Aguilar era administrador de la sal en Sevilla, un cargo importante que conllevaba convertirse en personaje público en la ciudad debido al importante movimiento comercial que generaban las salinas en aquellos años. Cristóbal era natural de Marbella y partidario del archiduque. Su vida habría quedado sepultada en el rincón del anonimato histórico si no fuera por la publicación en 1704 en Sevilla de un folleto de dos hojas titulado: “Nueva Relación y curioso Romance en que se da cuenta y declara el exemplar castigo que la Magestad de nuestro Rey y Señor Don Felipe Quinto (que Dios guarde) mandó executar en Christóval Guerrero de Aguilar, natural de la ciudad de Marbella, Reynado de la Andalucía Alta, cómo fue preso en la Villa de Aroche con unos papeles y cartas que el Almirante de Castilla, Traydor fugitivo en el Reyno de Portugal, embiara motivando dissenciones; cómo fue traido a Sevilla donde se executó el castigo el día 7 de mayor de este año de 1704”. Tengo constancia de dos ejemplares, uno en la biblioteca de la universidad de Sevilla (que no ha sido hallado en su catálogo en el curso de esta investigación) y otro en la biblioteca Nacional de Brasil en Sao Paulo.

Un marbellense traidor al rey Borbón que fue ejecutado en Sevilla. No podía haber mejor comienzo para una historia dramática o con tintes épicos como gesta heroica. La curiosidad excita el ánimo que se convierte en investigación obsesiva que, como suele suceder, termina en nada o casi, aunque nunca hay que rendirse ante esas zonas oscuras de nuestra historia.

Cristóbal Guerrero de Aguilar tenía el destino de administrador de la sal, y era además uno de los más distinguidos familiares de la Inquisición por su noble alcurnia y la posición que ocupaba, tal como nos cuenta en 1903 Manuel Chaves en su libro “Cosas nuevas y viejas”, que abunda en su carácter conspirador “mezclóse en todos los manejos contra la dinastía de Borbón, y estableció correspondencias con muchas personas significadas, siendo durante los años 1702 y 1703 uno de los más activos agentes de la casa de Austria”. En concreto se le acusaba de llevar cartas del cardenal Cienfuegos incitando a luchar contra los Borbones.

Fue condenado a muerte en la horca y Joaquín Guichot en su historia de la ciudad de Sevilla describe sucintamente lo que sucedió después: “Tenia este D. Cristóbal Guerrero un hijo de Evangelio, religioso en Loreto. Entregaron el cuerpo al convento de San Francisco, que lo amortajó; y en un féretro debajo de la horca, le dijo el responso, y le hizo su enterramiento como á los demás”, este hecho es justificado por Manuel Chaves así: “Esto fué muy comentado en la ciudad, pues de los frailes franciscanos de la Casa Grande se decía, no sin fundamento, que eran partidarios del Archiduque, y aun que habían enviado en diversas ocasiones ocultamente cantidades crecidas para el sostenimiento de las tropas enemigas de la casa de Borbón”.

Noble alcurnia, distinguido familiar de la Inquisición, natural de Marbella ¿Qué sabemos de todo eso? Casi nada. Son apellidos demasiado comunes para encontrar vínculos con garantías. No aparece don Cristóbal en los interminables listados de linajes aristocráticos de Andalucía y su nombre no va acompañado de ningún título. Podría haber adquirido algún vínculo por medio de su segundo apellido que se entiende por parte de madre, ese “de Aguilar” puede entroncar con el linaje, bastante extenso por cierto, con presencia en Córdoba, Sevilla y Cádiz.

De los Guerrero de Marbella nos podríamos remontar a Fernando Guerrero en la segunda mitad del siglo XVI, abogado, regidor y administrador del vínculo de Bartolomé de Burgos. También por esas fechas aparece un Francisco Guerrero como depositario del pósito de la ciudad y a principios del XVII Francisco Guerrero de Tordesillas, alférez mayor de Marbella. Ya en la segunda mitad del XVII se nombra a Lázaro Guerrero como administrador del conde de Luque y a partir de 1686 a Juan de Medina Guerrero apoderado también del conde. Hay muchos más con el apellido pero por sus oficios de administradores y cierto nivel económico bien podrían ser sus ascendientes, si no todos algunos de ellos. El único Cristóbal Guerrero encontrado en la documentación tiene fecha de 1724 casado con Ana Muñoz Caracuel, hija de Jerónimo Caracuel pero no tiene visos de ser familiar directo de nuestro austricista ya que todo indica que estaba establecido en la capital hispalense desde muchos años atrás.

Quedan abiertas, por tanto, muchas incógnitas sobre nuestro traidor a la corona. Más de 300 años después siguen ostentando los Borbones la jefatura del Estado, el delito de alta traición a la corona ya no conlleva la pena de muerte y el delito de injurias a la corona está en el artículo 491 de nuestro código Penal. No hay visos de que haya problemas con la sucesión.Cuanto hemos cambiado, o tan poco.

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