Historicidio, artículo de la profesora Lucía Prieto

La amenaza de la guadaña urbanística y el desinterés institucional definen en Marbella y San Pedro Alcántara una situación que justifica la utilización del término historicidio, compuesto de un sustantivo latino, historia y el sufijo icio, acción de matar. La conservación del patrimonio histórico-artístico, arqueológico e inmaterial; la Memoria y la Historia de esta ciudad importan a muy pocos. Y menos aun a gestores culturales –cargos políticos perpetuos, aunque no electos— de quienes se espera una mínima respuesta a la tímida aunque real movilización ciudadana. Jamás se han pronunciado. Deberían hacerlo por una cuestión de coherencia política dado que, recurrentemente, han aparecido en los medios, siempre franqueando a la delegada de Cultura, prometiendo quimeras.

Solo se ha hecho realidad la rehabilitación –ciertamente espectacular— del Trapiche del Prado. Su recuperación con fondos europeos ha sido instrumental para la construcción del geriátrico que lo asfixia. Nada se sabe del futuro Centro de Interpretación del Azúcar. Y esa joya patrimonial está de momento, simplemente, envuelta como el Convento de la Trinidad en un relicario de andamios. En 2013, la alcaldesa de Marbella y Delegada de Cultura firmó, según el diario Sur, un convenio con el representante de la Fundación del Museo de Arquitectura y Diseño Moderno (MAD)[1]. Se crearía en el Convento de la Trinidad un espacio dedicado precisamente a la arquitectura del siglo XX. Desconocemos hasta qué punto se diseñó un proyecto de tal envergadura pero lo que sí sabemos es que nunca se realizó. Presumiblemente en aquel quimérico museo figuraría un objeto de estudio preferente: La Ciudad Sindical de Marbella. El nivel de fabulación de la delegada de Cultura y de sus cargos de confianza sería hilarante de no ser por la crudeza de la realidad. El Convento de la Trinidad se cae y la Ciudad Sindical se vende.

En Marbella las políticas de Memoria Histórica aplicadas por el Partido Popular (PP) se han caracterizado por honrar el recuerdo de significados políticos de la Dictadura y de insignes falangistas. Pero paradójicamente, los actuales gobernantes van a permitir una operación urbanística que amenaza la conservación de lo que fue su obra y debería ser un Lugar de Memoria. Es un vestigio del desarrollismo franquista, único tanto por su arquitectura como por la adecuación de la infraestructura a sus funciones.

El derecho al descanso del trabajador fue como la jornada de 8 horas una conquista histórica reconocida internacionalmente en el Tratado de Versalles (1919). En la España franquista, la Obra Sindical de Educación y Descanso respondió como en los restantes estados autoritarios del periodo de entreguerras a un programa destinado tanto a procurar el bienestar de los productores como al intento de asimilar al Régimen a la clase obrera, históricamente insumisa.

El principal instrumento del programa de Educación y Descanso fueron espacios vacacionales específicamente creados para familias trabajadoras. De aquella infraestructura dedicada al ocio formaron parte las ciudades sindicales de Perlora en Asturias, Tarragona y Marbella. Objetos de estudio interdisciplinares, para algunos historiadores del franquismo estas ciudades responden a un modelo de ocio controlado por el Estado y su funcionamiento se caracterizó tanto por el desequilibrio entre la oferta de plazas y la demanda como por el favoritismo y la corrupción[2].

La corporación municipal de Marbella impulsó en febrero de 1955 la iniciativa de construir «una Ciudad Residencial de Educación y Descanso»[3], finalmente la Diputación cedió los terrenos[4]. No parece que los promotores hoteleros que ya vislumbraban el pilotaje que la aristocracia y la gran burguesía desempeñarían en la actividad turística se entusiasmaran con aquella ciudad para turistas pobres[5]. La Ciudad Sindical de Marbella, diseñada por los arquitectos Manuel Aymerich y Ángel Cadarso e inaugurada en 1962, fue atendida tempranamente por Historiadores del Arte[6]. Está considerada como la culminación arquitectónica de un ideal político y social. Y el modelo más ambicioso, en tanto que alcanzó el objetivo de autosuficiencia al que la Obra Sindical de Educación y Descanso aspiraba[7].

Cualquiera de las publicaciones que se han ocupado de la Ciudad Sindical de Marbella destacan la originalidad de sus edificios curvilíneos, la impactante belleza de la etérea torre espiraliforme y la comunión de la arquitectura con el medio natural. Ello no ha impedido resaltar la dudosa calidad de los materiales y desconsiderar intervenciones posteriores en una arquitectura que integraba también referencias regionalistas. A la importancia patrimonial del conjunto se añade la potencialidad del uso social de un bien público. Sin embargo, ese espacio concebido para el relax y el descanso popular será privatizado ante la absoluta pasividad de la administración municipal. Las operaciones urbanísticas programadas alteraran suficientemente un territorio condenado a ser resignificado. Será como la construcción de pisos turísticos en la Alcazaba, otra agresión desde las instituciones; un hito más de lo que puede calificarse como historicidio. Porque el historicidio no es solo la negación de la Historia sino también la adaptación de los hechos del pasado a intereses políticos y económicos. En Marbella parece quedar poca duda de la indiferencia de la corporación municipal –en la que no faltan nostálgicos del franquismo— por el conocimiento histórico: cuanto menos se sepa del pasado menor será el compromiso de las instituciones por evitar la especulación con las huellas materiales de nuestra historia.

Bibliografía seleccionada:

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CARCELÉN GONZÁLEZ, , Ricardo, Cuando la clase obrera se hizo turista. Las ciudades de vacaciones de la Obra Sindical de Educación y Descanso. Estudio de un modelo inacabado 1955-1975, tesis doctoral, Cartagena (Murcia): Universidad Politécnica de Cartagena, 2017. URI: http://hdl.handle.net/10317/6031.

CARCELÉN GONZÁLEZ, Ricardo, «El paisaje en el proyecto turístico obrero de las Ciudades de Vacaciones de Educación y Descanso», Informes de la Construcción, 73-564: e415 (2021). DOI: https://doi.org/10.3989/ic.81316.

CARCELÉN GONZÁLEZ, Ricardo; LÓPEZ MARTÍNEZ, José María y AROCA VICENTE, Edith, «Estrategias de ordenación del ocio en el territorio (II). Conexiones entre la Ciudad del Reposo y las Vacaciones (GATCPAC) y la Ciudad Sindical de Marbella (OSED)», Anuario Jóvenes Investigadores, 8 (2015), p.132-134. URI: http://hdl.handle.net/10317/5374.

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LOREN-MÉNDEZ, Mar y PINZÓN-AYALA, Daniel, «El derecho al descanso del trabajador: la Ciudad Sindical de Vacaciones de Marbella», VLC arquitectura, 5-2 (2018), pp. 91-126. DOI: https://doi.org/10.4995/vlc.2018.8901.

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MORENO FERNÁNDEZ, Francisco Javier, «Arquitectura en la Costa del Sol: la metáfora del ocio», Boletín de Arte, 13-14 (1992-1993), Málaga: UMA, pp. 335-346. DOI: https://doi.org/10.24310/BoLArte.1993.vi13-14.14991.

NUEDA LOZANO, Alba, «Felices vacaciones: el turismo social y el control del ocio por la Obra Sindical de Educación y Descanso», en HERNÁNDEZ BURGOS y Lucía PRIETO BORREGO (eds.), Divertirse en dictadura. El ocio en la España franquista, Colección Obras Singulares, Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2024, pp. 331-357.

RUBIA OSORIO, Ana María, El Primer Franquismo en Marbella (1939-1959). De los años del hambre a los años del sol, Málaga: Universidad de Málaga, 2015.

TOMILLO CASTILLO, Arturo, «La dialéctica entre progreso y desarrollo en la arquitectura moderna española. El caso de las Ciudades Sindicales», en Teresa COUCEIRO NÚÑEZ (coord.), I Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Vigencia de su pensamiento y obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso, Madrid: Fundación Alejandro de la Sota, 2014, pp. 964-974.

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[1] Héctor BARBOTTA, «Marbella rescatará el convento de la Trinidad para un museo de arquitectura y diseño», Sur, 26 de abril de 2013. Disponible en internet: https://www.diariosur.es/v/20130424/marbella/marbella-rescatara-convento-trinidad-20130425.html.

[2] Alba NUEDA LOZANO, «Felices vacaciones: el turismo social y el control del ocio por la Obra Sindical de Educación y Descanso», en Claudio HERNÁNDEZ BURGOS y Lucía PRIETO BORREGO (eds.), Divertirse en dictadura. El ocio en la España franquista, Colección Obras Singulares, Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2024, pp. 331-357.

[3] Archivo Municipal de Marbella (AMMb), Caja 28-06, Libros de Actas de Ayuntamiento Pleno, Sesión del 23 de febrero de 1955.

[4] Pueblo, 30 de diciembre de 1955.

[5] José Luis AGUILAR LÓPEZ-BARAJAS, «Los españoles y el turismo moderno. Experiencias y expectativas en el franquismo desarrollista», en Claudio HERNÁNDEZ y Lucía PRIETO, op. cit., pp. 307-330.

[6] José Miguel MORALES FOLGUERA, La Arquitectura del Ocio en la Costa del Sol, Málaga: UMA (con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Marbella), 1982.

[7] Mar LOREN-MÉNDEZ y Daniel PINZÓN-AYALA, «El derecho al descanso del trabajador: la Ciudad Sindical de Vacaciones de Marbella», VLC arquitectura, 5-2 (2018), pp. 91-126. DOI: https://doi.org/10.4995/vlc.2018.8901.