El coordinador local de Izquierda Unida Marbella, Manuel Núñez, reclama la adopción de medidas urgentes para “frenar la proliferación descontrolada de vivienda de uso turístico (VUT) en el municipio. Marbella no puede seguir agravando su problema de acceso a la vivienda, ni perdiendo su identidad ni su tejido social a causa de la especulación y el turismo descontrolado. Hay que poner freno a esta deriva y recuperar el derecho a la ciudad para quienes vivimos y trabajamos en ella”.

Núñez detalla que “los datos son demoledores y confirman lo que venimos denunciando desde hace años. Marbella no sólo lidera la provincia en número de viviendas turísticas, con 7.934 registradas y más de 44.000 plazas, superando incluso a Málaga capital, sino que, según el Registro de Turismo de Andalucía, ya hay 15.167 viviendas con licencia turística, lo que representa alrededor del 15% de todo el parque de viviendas de la ciudad. A esto hay que añadir las más de 8.000 que se anuncian activamente en plataformas de alquiler vacacional, según el INE, cifras que superan con creces el límite del 5% que la normativa considera como zona saturada”.

Izquierda Unida considera que “Ángeles Muñoz (PP) debe escuchar el clamor social y poner en marcha un plan de choque que frene la expansión descontrolada de las viviendas turísticas en Marbella. Es imprescindible aprobar una moratoria que impida la concesión de nuevas licencias, aplicar un recargo en el IBI a las viviendas de uso turístico y gravarlas también con la tasa de basura de actividad económica, además de establecer controles municipales efectivos mediante inspecciones y garantizar la participación ciudadana y la transparencia en la gestión de este problema”.

El coordinador local de IU critica “la pasividad de la alcaldesa, que sigue negando la evidencia al afirmar que las viviendas turísticas no son un problema ni afectan al precio del alquiler. Se contradice incluso con el estudio que ella misma encargó a la Universidad de Málaga, en el que la mayoría de las personas encuestadas considera que la proliferación de las VUT dificulta la vida en el municipio y genera problemas como la falta de vivienda residencial, la expulsión de población local hacia la periferia o fuera del municipio, la dificultad para captar trabajadores en sectores públicos esenciales como la sanidad o la educación. Igualmente ocurre en el sector privado y, además, provoca la alteración del tejido comercial y empresarial para orientarlo exclusivamente al turista”.

Núñez explica que “el propio informe de la UMA identifica estas viviendas como uno de los factores más disruptivos para el equilibrio social y económico, porque disparan los precios del alquiler, reducen la disponibilidad de vivienda a largo plazo, agravan la desigualdad social, al beneficiar únicamente a unos pocos propietarios, encarecen la vida de la mayoría, quiebran la convivencia y afectan a la seguridad en los barrios”.

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