Esta es la historia de un yacimiento arqueológico víctima de la inoperancia de las administraciones y del afán depredador de las constructoras. También es la historia de un libro que lleva tres años esperando a ser publicado para arrojar luz sobre uno de los restos históricos más importantes de la Costa del Sol: el yacimiento de Cerro Colorado.

RELATO DE UN ATENTADO ARQUEOLÓGICO

Hace 25 años, en 1996, la construcción de la Autopista del Mediterráneo sacó a relucir un tesoro oculto en el valle del Guadaiza: la fortaleza ibero-púnica-romana de Cerro Colorado. Como ha ocurrido con tantos yacimientos arqueológicos descubiertos en nuestro municipio, la Junta de Andalucía hizo poco caso del mismo y este enclave milenario fue “asaltado” unos años después por las excavadoras de una empresa constructora que tenía previsto edificar una urbanización.

“Desde Cilniana nos pusimos en contacto con la Junta de Andalucía para que paralizaran las obras. Nos hicieron poco caso, hasta que contactamos con el periodista Miguel Nieto, que sacó en portada del Diario Sur la tropelía que se estaba cometiendo con el yacimiento. Gracias a eso la Junta por fin actuó de manera efectiva. Luego supimos que la Delegación de Cultura de la Junta mandó un fax al Ayuntamiento de Marbella, que no hizo caso al requerimiento alegando que era terreno de Benahavís. La Junta contactó entonces con Benahavís, que finalmente paró las obras”, recuerda el entonces presidente de Cilniana Francisco Moreno.

Cerro Colorado con su cima destruida por el urbanismo.

Pasaron ocho días hasta que se pudo frenar a las excavadoras, pero en ese tiempo las máquinas deshicieron parte de las murallas íbero-púnicas, haciendo un daño irreparable a este yacimiento milenario. Poco después hubo un segundo asalto. La promotora volvió a meter las excavadoras, esta vez en la cima del cerro y destruyó entre 4 y 6 metros de estratos, deshaciendo casi todo el periodo romano de Cerro Colorado. Cilniana volvió a denunciar y “la Junta volvió a parar las obras y abrió un expediente sancionador a la promotora del constructor Lars Broberg que, según tengo entendido, recurrió y ganó”, señala Francisco Moreno.

En 2004, debido a un requerimiento de la promotora, que tenía la intención de seguir desarrollando urbanísticamente la parcela, la Delegación de Cultura de la Junta autorizó una Actividad Arqueológica Preventiva, con objeto de que se estudiara y delimitara el yacimiento.

EL TESORO AL DESCUBIERTO

El arqueólogo Salvador Bravo dirigió los trabajos de estudio de Cerro Colorado durante 2004 y 2005. En el verano de 2005 el estudiante de arqueología Miguel Vila no dudó en aceptar una vacante disponible para trabajar en Cerro Colorado junto a otros estudiantes universitarios. “Yo acudí al yacimiento con una cámara muy buena que tenía y Salvador me encargó hacer fotos de todo el yacimiento y me ubicó en la parte más prometedora. En ese punto, justo debajo de un acebuche, un compañero geólogo y yo descubrimos, raspando la pared de una habitación, una ollita. Con mucho cuidado comenzamos a desenterrarla y apareció otra más, y luego otra. La segunda estaba parcialmente rota y vimos que en su interior había monedas y objetos de plata”, relata Vila con emoción a pesar de los años pasados.

Foto de los arqueólogos excavando el yacimiento en 2005.

Inmediatamente Salvador Bravo coordinó el trabajo para sacar a la luz uno de los tesoros arqueológicos más increíbles hallados en la Costa del Sol: tres orzas con 178 monedas, anillos, pendientes y trozos de plata de la época púnica-romana.  

Monedas encontradas en Cerro Colorado que están siendo estudiadas en Francia.

La importancia del descubrimiento del tesoro de Cerro Colorado es enorme. “Un equipo de la Universidad de Sevilla está actualmente haciendo un estudio exhaustivo sobre el tesoro y se espera que su análisis arroje datos para un mejor conocimiento de la importancia de Cerro Colorado”, explica Miguel Vila.

UN LIBRO A LA ESPERA DE SER PUBLICADO

En la primavera de 2018, el Ayuntamiento encargó la elaboración de un libro al doctor en Historia Antigua y Arqueología Salvador Bravo y al arqueólogo Miguel Vila, con el objetivo de dar a conocer la importancia del yacimiento arqueológico de Cerro Colorado. La publicación, llamada Marbella prerromana: El asentamiento de Cerro Colorado, se terminó antes de que terminara el año 2018 pero, incomprensiblemente, aún no ha visto la luz.

El libro es la primera apuesta seria por contextualizar este yacimiento en el marco de los diversos conflictos que tuvieron lugar en la Costa del Sol, sobre todo durante la Segunda Guerra Púnica. Una de las hipótesis que manejan los autores es que el castillo íbero-púnico fuera abandonado en el 206 A.C. cuando el almirante Cayo Lelio ocupó la costa siguiendo las órdenes del famoso general Escipión el Africano. Se sabe que la procedencia de las monedas encontradas es heterogénea. Algunas pueden fecharse en Ampurias, Cádiz, Ibiza o Campania (Italia) en torno a los años 250-240 A.C., mientras que otras, que son de origen cartaginés, están datadas en el año 209 A.C., poco antes de la ofensiva de Cayo Lelio.

Las tres orzas que contenían el tesoro de plata.

Los arqueólogos que estudiaron el yacimiento en 2005 descubrieron tres fases constructivas en el castillo: la primera correspondería a su fundación por pueblos íberos. La segunda sería el sustrato púnico que corresponde a la Segunda Guerra Púnica, cuando se edificó una cerca que se solapó sobre el poblado íbero. La tercera fase ya corresponde al periodo romano que culminó con el abandono del asentamiento en las primeras décadas del siglo I A.C, coincidiendo con la época de la guerra sertoriana.

Además del famoso tesoro de las 178 monedas, anillos, pendientes y recortes de plata, en Cerro Colorado aparecieron también armas como una lanza y un puñal y varias ánforas y cuencos originarios de diversos lugares del Mediterráneo, lo que evidencia la importancia comercial de este asentamiento. El libro maneja la hipótesis de que hace dos mil años el curso del río Guadaiza era navegable casi hasta la base de Cerro Colorado, lo que facilitaría el uso de embarcaciones para cumplir esa función comercial del yacimiento. Y también una función militar al controlarse desde lo alto del cerro toda la comarca.

El yacimiento está rodeado de urbanizaciones, campos de golf y la autopista.

El conocimiento de Cerro Colorado quedó marcado por las orugas y las palas de las excavadoras que desmocharon la colina. Sobre esos restos que dejó el urbanismo salvaje, los autores del libro Marbella Prerromana: El asentamiento de Cerro Colorado han planteado diversas hipótesis sobre el origen y función de este importante enclave milenario. Un libro que sigue durmiendo desde hace años en la nevera de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella.

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