Cuando María Rodríguez puso en marcha junto a otros socios Migos House el 31 de julio de 2019 lo definió como “un nuevo concepto the Street & Healthy food”.

Sin embargo, Rodríguez vive una auténtica pesadilla: debido a supuestos problemas burocráticos con el Ayuntamiento, Migos House lleva clausurado más de un año, desde el 29 de noviembre de 2021 y María está desesperada y arruinada. Asegura que, a los pocos días de ser clausurado, presentaron toda la documentación que les reclamaba el Ayuntamiento para poder tener la licencia del bar en regla. “Hemos enviado requerimientos urgentes para recoger la mercadería, para devolver las máquinas a los proveedores y nos han ignorado de muy mala forma. Queremos hablar con alguien del Ayuntamiento para que nos explique el motivo por el que aún seguimos cerrados y no conseguimos acceder a esa persona”, remarca la propietaria de Migos House.

 “Día tras día hemos llamado al Ayuntamiento sin obtener apenas respuesta. La contestación siempre era que el técnico ya tenía el proyecto y estaban esperando a su firma, la cual parecía ser inminente. Solicitamos el desprecinto una y otra vez, por supuesto sin ninguna contestación”. Este periódico ha intentado sin éxito recabar la versión municipal sobre este suceso.

María está al límite, económica y psicológicamente. Lo ha intentado todo. “Nos pusimos en contacto con el concejal de Industria y Comercio, Félix Romero. Una reunión en la que pensábamos que esta pesadilla iba a acabar cuando él, personalmente, nos confirmó que a finales de abril nos iba a abrir dado que estaba toda la documentación en regla. Por supuesto que no fue así”.

Según asegura la propietaria de Migos House, sólo hace falta una firma: la del técnico municipal que debe autorizar el levantamiento del precinto.  Pero pasan los meses y no pasa nada. “¿Será por el interés de empresas más fuertes en Marbella por obtener nuestro local? ¿Qué influencia o interés tiene el Ayuntamiento, o dicho técnico, para llevarnos a la ruina sin darnos ninguna respuesta?”. El Migos House está junto a la plaza Francisco Erola.

María debe afrontar un préstamo de 50.000 euros que pagaba todos los meses religiosamente cuando Migos House estaba abierto. “Durante los tres años en el que el local estuvo abierto sorteamos la pandemia, las restricciones horarias y, contra todo pronóstico, seguimos adelante junto con nuestros siempre fieles clientes. He de mencionar que el local nos daba para vivir y pagar a nuestros trabajadores, proveedores, préstamo y poco más”, explica la propietaria. Ahora está arruinada, “por culpa de esta trama tan dichosa e insultante, mis cuentas están embargadas, en el móvil tengo infinidad de llamadas de proveedores que llaman para solicitar sus máquinas a los cuales no les puedo dar respuesta. ¿Por qué a mí no me abren y a los demás sí? ¿Falta de contactos? ¿Qué tiene que hacer una joven marbellí para emprender en su propio pueblo? ¿Es necesario tener amigos influyentes o ser millonario para poder arriesgarse?”, concluye María.

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