A comienzos de los años 80 del siglo pasado Alain Chatillon, un inversor de origen francés enamorado de la Costa del Sol, puso sus ojos en uno de los lugares más bellos de Sierra Blanca: el valle de Puerto Rico. Sabía que en 1979 este terreno había estado a punto de ser vendido a un grupo de promotores que tenían la intención de desarrollar una urbanización con 450 viviendas. “Me avisó un amigo de la familia de Arias Salgado (copropietarios de Puerto Rico Alto) y pude salvar la propiedad de este desastre y, después de varias negociaciones, por fin compré el terreno de 50.000 m2 de Puerto Rico Bajo hace 40 años, en 1982”.

El sueño de Chatillon era poner en marcha una especie de parque ecológico y “construir un hospedaje y ofrecer a los amantes de la naturaleza la práctica de deportes creando una escuela de escalada, paseos a caballo, bicicletas todo terreno, rutas por la montaña, etc.”.

Entrada a la finca de Puerto Rico Bajo en 1982.

Sin embargo, Chatillon nunca pudo obtener permiso del Ayuntamiento para realizar su sueño y pasaron los años. “A principios de 1995 el alcalde Jesús Gil me llamo personalmente a mi domicilio de París para proponerme que le cediera 15.000 m2 del terreno contra un permiso para construir mi proyecto de conjunto ecológico sobre los 30.000 m2 restantes”. Alain se desplazó a Marbella para firmar la escritura de donación a beneficio del Ayuntamiento de esos metros cuadrados con la condición de que Chatillon recibiría el permiso antes del 30 de diciembre de 1995 o el Consistorio debería retornarle esos 15.000 m2. “Nunca recibí este permiso y he estado 25 años litigando hasta por fin obtener del Ayuntamiento actual el regreso de los 15.000 m2”, explica Chatillon.

Alain Chatillon

Durante todas estas décadas, el inversor francés asegura que dejó que el terreno estuviera abierto para uso y disfrute de los marbellíes, ya que es el camino natural de ascenso a las cumbres de Sierra Blanca y también el lugar de celebración de la fiesta popular de El Tostón. Sin embargo, Chatillon lamenta que, tras su marcha de Marbella en 2002, la finca se convirtiese en «el terreno privilegiado de los drogadictos, de la prostitución y un depósito de basuras». 

Todo cambió hace unos meses, en primavera de 2021, cuando una supuesta ONG, Mar Puro, ocupó parte de la parcela de Puerto Rico Bajo para montar diversos proyectos relacionados con la conexión con la Naturaleza en este paraje. El Ayuntamiento decidió actuar de una vez por todas con la intención de recuperar para la ciudadanía este espectacular valle. En Noviembre se hizo efectiva la compra del 50% de los 340.000 metros cuadrados de Puerto Rico Alto que pertenecían hasta ese momento a la familia Martínez Higuero por unos tres millones de euros. El Consistorio también anunció el pasado verano que estaban en negociaciones con la propiedad de Puerto Rico Bajo para que también pasara a formar parte del patrimonio municipal. El Ayuntamiento ha dejado claro que el conjunto de los 400.000 metros cuadrados de Puerto Rico Alto y Bajo conformarán un gran parque forestal de uso público para los ciudadanos de Marbella.

Sin embargo, está costando que los 50.000 metros cuadrados de Puerto Rico Bajo entren a formar parte del patrimonio público de Marbella. Unos flecos técnicos están retrasando la firma del acuerdo que permitirá la compra de la parcela donde tradicionalmente se ha celebrado el Tostón. La sociedad Manzah Al Kaïd de Gibraltar, cuyo dueño es Alain Chatillon, no tiene CIF y es un requisito imprescindible para que el Ayuntamiento pague los 600.000 euros por el terreno.

“En principio estamos aún esperando a que la propiedad resuelva este punto. Nos dijeron que estaría antes de final de este mes de enero por lo que la firma seria en principio en febrero”, ha explicado a este medio Mario Ruiz, director general de Alcaldía y que ha sido el responsable municipal que ha pilotado tanto la compra de Puerto Rico Alto como la inminente de Puerto Rico Bajo.

UNA ONG QUE OCUPA LA PARCELA

El otro problema al que se enfrenta, tanto el dueño Alain Chatillon como el Ayuntamiento, es la presencia en la parcela de la supuesta ONG Mar Puro. Teóricamente, la sociedad Manzah Al Kaïd es la responsable de entregar el terreno libre de inquilinos u ocupas. Lo cierto es que, a día de hoy, Puerto Rico Bajo está lleno de muebles, mesas, hamacas y todo tipo de enseres con los que Mar Puro ha decorado diversos espacios dispersos por la parcela que ocupan desde la primavera pasada.

Estado de la parcela con el mobiliario acumulado por la ONG Mar Puro.

Alain Chatillon asegura con firmeza a este periódico que “esta ONG no tiene contrato ni autorización para ocupar esta propiedad. De hecho, les dijimos que debían abandonar la parcela a más tardar el 5 de Augusto 2021”. Chatillón explica que ha tenido incluso una desagradable experiencia cuando se desplazó el pasado mes de noviembre a Puerto Rico Bajo para hablar con el gerente de la ONG: “detuve mi coche a poca distancia del portal y me dirigí  hacia la entrada. Entonces surgió de la propiedad a toda velocidad, como un demonio furioso digiriéndose hacia mí, un hombre clamando con agresividad «usted es el Sr Chatillon, soy Agustín (Agustín Juerros, gerente de Mar Puro)». Mi chófer que me acompañaba tuvo, en el último momento, el reflejo de interponerse y regresamos precipitadamente al vehículo para sacarnos de esta situación peligrosa”.

A pesar de estos flecos pendientes, Chatillon asegura que el acuerdo está cerrado. “Así los amantes de la naturaleza podrán aprovecharse de este magnífico sitio a muy poca distancia del centro urbano. Marbella necesita de este pulmón verde. 40 años después mi sueño se realizará”.  

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