La réplica de la Nao Victoria, el primer navío que dio la vuelta al mundo al mando del marino vasco Juan Sebastián Elcano hace 500 años, estará unos días atracada en Puerto Banús con motivo del 50 aniversario de la marina marbellí. El público podrá visitar la embarcación entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre y conocer a lo largo de sus cubiertas sus formas, detalles, dimensiones, maniobras, su fabulosa travesía, las extremas condiciones de vida de sus marinos de la época y el espacio donde se confinaban esos marineros de antaño y la actual tripulación. En su bodega se podrán experimentar además, las vivencias de la propia tripulación que hoy día sigue navegando a bordo de este legendario navío.

Tanto Puerto Banús, como la Nao Victoria, han adoptado todas las medidas de seguridad e higiene para que tanto su tripulación como los visitantes puedan recorrer sus cubiertas con total seguridad. Como medidas de prevención, además de la limpieza y desinfección integral del barco antes de cada apertura al público, es obligatorio el uso de mascarilla y mantener la distancia de seguridad entre unidades familiares. Cuenta también con varios puntos con líquido desinfectante por todo su recorrido. Se recomienda adquirir las entradas online o pagar con tarjeta a la llegada a la embarcación.

La Victoria estará atracada en el Muelle de Honor de Puerto Banús, frente a la Torre de Control y podrá ser visitada de 10:00 a 20:00 horas. La entrada para adultos cuesta 5 euros, para niños, entre 5-10 años tres euros y menores de 5 es gratuita. Los tickets pueden adquirirse directamente a su llegada a la embarcación o en www.fundacionnaovictoria.org.

Una proeza que empequeñeció el mundo

El 10 de agosto de 1519 cinco naos españolas (Santiago, San Antonio, Trinidad, Concepción y Victoria) con 245 tripulantes, partieron del puerto de Sevilla, capitaneadas por Hernando de Magallanes. Componían la que se conoció como la Armada de la Especiería, que promovida por la corona española, llevaba el objetivo de abrir una ruta por el oeste hasta las islas de las especias, las Molucas, en la actual Indonesia, donde radicaba uno de los comercios más lucrativos del momento. Para ello y poniendo sus proas siempre a poniente debían encontrar un paso o estrecho que uniera los dos grandes océanos del mundo, hasta entonces desconocido.

Durante tres años la expedición atravesó tres océanos y bordeó otros tantos continentes. Recorrieron la costa suramericana del Atlántico hasta descubrir el estrecho de Magallanes, y enfilaron el Pacífico que atravesaron en toda su inmensidad durante 99 días, reconociendo islas y archipiélagos, hasta alcanzar las Molucas. Iniciado el camino de retorno, la única superviviente de la expedición, la Nao Victoria, navegó durante 6 meses por el Índico hasta alcanzar el continente africano, y una vez doblado el cabo de Buena Esperanza puso proa a España.

Los tripulantes de la armada vivieron toda suerte de vicisitudes que llevaron a muchos a perder la vida y a otros a probar destino en las nuevas tierras. Magallanes, el impulsor del proyecto, no llegó a ver el final de la empresa, murió unos meses antes sorprendido por un grupo de indígenas filipinos. Le sustituyó como capitán general de la armada Juan Sebastián Elcano, quién junto a tan solo 17 de los hombres a límites de sus fuerzas, culmina la primera vuelta al mundo a bordo del único de los cinco navíos que consigue regresar a Sevilla el 8 de septiembre de 1522: la Nao Victoria.

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