Miles de personas visitan las montañas de Sierra Blanca todos los años. Cada vez más y, desde la pandemia, la cifra se ha disparado. La inmensa mayoría vuelven con el grato recuerdo de haber transitado por sus cimas y valles. Unos pocos, cada vez más también, tienen que ser rescatados por los Bomberos de Marbella y alguno casi cada año se deja la vida entre sus cortados y senderos.

Manu Guerrero, veterano bombero de Marbella, ha participado en numerosos rescates en Sierra Blanca y lo tiene claro: “subir a la Concha o a la Cruz de Juanar no es ningún paseo. Mucha gente ve que hace buen día y se lanzan a la sierra sin equipo, a deshora y en Sierra Blanca es frecuente que se metan las nubes en las cimas: las condiciones meteorológicas cambian de forma muy rápida y dar un paseo se convierte en una pesadilla”.

Por desgracia, los rescates en Sierra Blanca cada vez ocurren con más frecuencia. Según datos de Bomberos de Marbella, si en 2016 tuvieron que hacer 9 rescates, este pasado 2022 fueron 21, más del doble.  En total, desde 2016 han tenido que realizar 96 salidas a Sierra Blanca. Estas acciones son de tres tipos:

-Simples asistencias: del tipo de una persona que se ha perdido y a través del móvil pueden orientarla.

-Búsqueda: alguien perdido que no encuentra el sendero, se hace de noche y los Bomberos deben localizarlo, atenderlo y guiarlo de vuelta a casa.

-Accidentados: persona que ha sufrido una torcedura, un golpe de calor u otro percance físico y los Bomberos acuden a atenderla y sacarla de la montaña.

En esta última categoría también se incluyen los fallecidos. Varias personas han dejado su vida en Sierra Blanca, la última hace unas semanas: un experimentado senderista ruso de origen griego que subió por Nagüeles hasta la cumbre de la Concha y en el descenso se precipitó fatalmente desde uno de los cortados tan fotogénicos de la vertiente sur de esta montaña.

Rescate nocturno de un senderista herido.

Guerrero señala que, según datos de la Guardia Civil, “Sierra Blanca es el macizo montañoso donde más rescates se hacen de toda la provincia de Málaga”. Este bombero remarca que junto a los miembros del Grupo de Montaña de la Guardia Civil han realizado muchos de esos rescates.

Los Bomberos de Marbella tienen perfectamente estudiada Sierra Blanca. Guerrero tiene un mapa de Google Maps con todos los senderos oficiales y extraoficiales que la recorren y todos los puntos en los que ha habido accidentes y rescates en los últimos años. “Tenemos calculado que, desde que nos dan el aviso, tardamos una hora y cuarto en salir del Parque y llegar a la cima de la Concha”, explica otro bombero, Alex Puya, que asegura que ya atienden más servicios en la montaña que de tráfico. “Desde hace unos años la gente se ha echado al monte y la pandemia ha acelerado esta tendencia”, señala.

Los bomberos trasladando a un senderista herido.

Tanto Guerrero como Puya tienen algunos consejos que dar a quienes quieran conocer las cimas y senderos de Sierra Blanca. Uno muy sencillo y eficaz: comparte por Whatsapp  tu ubicación en tiempo real con un allegado. Nunca vayas solo a la montaña. Consulta la previsión meteorológica. Ve a la montaña con la batería del móvil llena. Estudia la ruta que tienes pensada hacer previamente. Ve bien equipado, con ropa de abrigo en invierno y suficiente agua y gorro en verano.

“Hemos visto personas que han subido en tacones a la Cruz de Juanar. Padres con mucho entusiasmo y poca cabeza llevando a sus hijos pequeños a la Concha y que han acabado de noche desfondados pidiendo ayuda. No se puede ir a la montaña como quien da un paseo por la playa. Otro caso fue el de un francés que encontramos en Los Monjes muy malherido y cubierto de arañazos porque tras subir a la Concha se había partido la pierna y había bajado arrastrándose hasta Los Monjes. Tardó dos días y tuvieron que cortarle la pierna. Fue un caso bastante extremo. También ha habido intervenciones con personas muy bien equipadas y con experiencia que han tenido la mala fortuna de torcerse el tobillo. A todos ellos hemos tenido que subir a rescatarlos”, remarcan los dos bomberos.

Puya y Guerrero lo saben bien: dentro de unos días, por pura probabilidad, tendrán que subir de nuevo a rescatar a alguien que lo necesite en Sierra Blanca. También saben que nuestras montañas son tan bellas como traicioneras para los incautos y que mucha gente sube a disfrutarlas rozando la imprudencia o directamente la negligencia. A Sierra Blanca hay que tomársela en serio porque puede darte un día de ensueño o hacerte vivir una pesadilla.

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