Esta semana un jabalí ha provocado un accidente de tráfico en la AP-7 a la altura de Nagüeles. Es mucho más que un indicio de que el municipio tiene un problema cada vez mayor con la proliferación de estos animales en entornos cada vez más urbanos.
Según fuentes municipales consultadas, el año pasado se capturaron más de 150 jabalíes mediante el uso de jaulas cebadas. “Por mucho que actuamos en una zona, ya sea en Bello Horizonte, Xarblanca o en Las Chapas, retirando jabalíes, al cabo de unos meses los cerdos salvajes vuelven. No damos abasto”, asegura.
Varias circunstancias favorecen el aumento de esta plaga animal y su penetración creciente en entornos urbanos. Por un lado, al ser cerdos salvajes, híbridos entre cerdos y jabalíes, se reproducen con más frecuencia y tienen piaras más numerosas. Por otro lado, “muchas personas les dan de comer y lo que consiguen es que se fijen al terreno, se acostumbren a vivir en la zona donde reciben alimento y, cuando aumenta su población, se desplazan a entornos más urbanos. De hecho, los cerdos salvajes que causan problemas en las urbanizaciones ya son autóctonos de esas urbanizaciones, no viven en la sierra profunda, duermen y se alimentan dentro de zonas periurbanas y urbanas. Es un problema creciente”, explican desde fuentes municipales.
COLONIZANDO EL CAPRICHO
Un ejemplo de cómo están colonizando espacios del municipio que hasta ahora estaban libres de jabalíes es la zona de El Capricho, entre La Virginia y el instituto Guadalpín. En esta urbanización, esta semana han sido capturados dos cerdos salvajes de notable tamaño que habían entrado dentro. Estos animales han llegado en su búsqueda de alimento a una veintena de metros de este centro educativo y campan a sus anchas por el parque público de El Capricho, a pesar de haber sido perimetrado con un muro hace un año para evitar los botellones.
“Yo acostumbraba a pasear mi perro por el bulevar Jaime de Mora hacia la Virginia y el pasado domingo por la noche me encontré una piara cruzando el puente de la autopista y tuve que retroceder atemorizado”, explica un vecino de El Capricho. Otro vecino relata que, igualmente cuando pasea por la noche a su perro por la calle Santa Ana, la que sube desde el Burguer King del Pirulí hacia el norte, “he tenido varios encuentros con jabalíes y ya evito subir por esa calle y ahora paseo por la carretera general”.
MEDIDAS MUNICIPALES
La Consejería de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía determinó hace ya más de dos años a toda la Comunidad Autónoma “área de emergencia cinegética temporal por daños y riesgos sanitarios de jabalí y cerdo asilvestrado”, facultando a los Ayuntamientos a tomar medidas para controlar “esta plaga” en los entornos urbanos y periurbanos municipales.
El Consistorio marbellí empleó durante unas semanas, en pleno confinamiento de la pandemia, a arqueros de la Federación Andaluza de Caza que retiraron a decenas de jabalíes en diversas zonas de la sierra. Hasta que surgieron problemas burocráticos de competencia entre la Junta y la delegación del Gobierno.
Actualmente, según el concejal de Sanidad, Enrique Rodríguez, se está afrontando el control de esta plaga mediante dos estrategias: alimentando a los jabalíes dentro de Sierra Blanca con el objetivo de que no bajen a zonas habitadas. La segunda es empleando jaulas con cebo en los lugares donde se reportan encuentros con estos cerdos salvajes. “Es un problema que no sólo afecta a Marbella, sino también al resto de municipios de la Costa del Sol por lo que queremos unir fuerzas y buscar una solución colectiva entre todos”, explica Rodríguez.
Los cerdos salvajes están dispersos por todo el municipio. Por los campos de golf. Por las urbanizaciones. Por el Herrojo, Nagüeles, Xarblanca, Bello Horizonte o Elviria. Se pasean por la noche por playas de las Chapas. Mientras las administraciones se ponen de acuerdo, la población de jabalíes híbridos aumenta y ocupa territorios hasta ahora libres de ellos.