Comienza la temporada de senderismo acuático: rutas por los ríos de nuestra provincia y de Andalucía. En esta ocasión proponemos una ruta semiacuática por el río Verde Istán, con una primera parte de aproximación a pie, descenso por el río durante casi dos kilómetros hasta la Charca del Canalón y paseo de vuelta de media hora hasta el coche.

Tipo: semicircular

Dificultad: baja

Duración: 4 horas horas más o menos dependiendo del ritmo de cada uno.

Distancia: 5 Kilómetros

Desnivel: 100 mts de desnivel de ascenso 

Agua:  no hay fuentes en todo el trayecto

Recorrido fotográfico:

El punto de partida es el vado Bornoque. Para llegar a él debemos desplazarnos en coche hasta Istán. Dejamos atrás este pueblo blanco, atravesando el paraje del Nacimiento y continuando por una pista terriza durante varios kilómetros. Obviamos un desvío hacia la derecha en dirección a Monda-Tolox y descendemos con un carril apto para cualquier turismo, yendo con las obvias precauciones, hasta encontrar un ensanchamiento del carril muy cerca del río donde debemos dejar el coche. Estamos en el paraje del Vado Bornoque.

Cuesta junto al cartel por la que debemos subir.

Comenzamos a caminar dejando a nuestra izquierda un pequeño cortijo habitado. Pronto encontramos un cartel con un mapa deteriorado del Parque Natural en un desvío que debemos coger a la derecha. Remontamos una cuesta corta pero empinada antes de introducirnos en un frondoso alcornocal.

Ya se está haciendo la saca de corcho en el alcornocal de la Dehesa Bornoque.

Vamos caminando por el valle del río Verde, disfrutando de la enorme frondosidad de los campiña cultivada de frutales, por un lado, y del espeso alcornocal que supone la Dehesa Bornoque: una serie de suaves lomas de entre 400 y 800 metros de altitud, situada al Sureste del Parque Natural de la Sierra de las Nieves. Cuenta con una superficie de unas 1.200 hectáreas formadas principalmente por densas masas de alcornoques mezclados con pinos y algunos rodales de pinsapos. 

Casa junto a la que se inicia una ruta que podemos apuntar en nuestra agenda.
Buscando entre los primeros alcornoques encontraremos con facilidad la traza de la vereda que sube a Puerto Blanco.

Tras 20 minutos de camino, el carril pasa junto a esta casa. Justo frente a ella, oculta en parte por el abandono, parte una vereda, que se convierte al poco en ancho sendero de mulas, que nos llevaría por el corazón de la Dehesa Bornoque hasta el cortijo de Puerto Blanco, uno de los más bellos parajes de la zona.

Puedes consultar esta ruta compatible en parte con la propuesta senderista de hoy:

Optamos por seguir el carril de frente y en unos minutos comienza un descenso hacia el río. A nuestra derecha vemos un carril que se desprende cruzado por una cadena. Debemos continuar por él.

Carril cortado por una cadena a nuestra derecha que debemos tomar.

La vuelta de la ruta la haremos por el camino que sigue de frente en descenso. Así que nos desviamos del carril principal. Debido a que poca gente usa este camino está cubriéndose de maleza, lo que le da un aspecto más bello y adaptado a la Naturaleza. En unos 20-25 minutos el carril desciende hasta el río a la altura de la conocida como Charca de la Piedra.

El camino se camufla entre la frondosidad del valle del río Verde.

Aquí empezaremos la parte acuática de la ruta. Podemos seguir por el carril, que se hace sendero ancho, durante unos cientos de metros más, dando un paseo por el corazón frondoso del río. Al final, el sendero nos llevará hasta el cortijo abandonado de la Manoncilla, pero la parte final está muy cerrada y no vale la pena continuar.

Esta poza, visible desde el camino, es el punto perfecto para iniciar la ruta acuática.

Volvemos pues a la Charca de la Piedra, desde la que podemos sumergirnos en el río Verde. Hay que tener en cuenta que una parte importante del fondo del río está cubierto de verdín, lo que hará casi imprescindible el uso de uno o dos bastones para evitar resbalones.

La belleza y tranquilidad de este paraje es increíble.

Estamos a casi 1.5 kilómetros de la Charca del Canalón y tardaremos unas dos horas en llegar a ella si nos recreamos en las diversas pozas y toboganes que forma el río.

En primer término, caca de nutria.

Si somos observadores podremos ver, en numerosas rocas, las deposiciones que dejan las nutrias para marcar su territorio. Este animal resistente, adaptativo y escurridizo puebla, además del río Verde, el Guadaiza, el Guadalmina, el río Real y otros cauces de la Costa del Sol. Las nutrias costasoleñas son capaces de ir de un río a otro usando el mar como conexión.

El recorrido mezcla zonas de pozas con toboganes con tramos de resbaladizo verdín.
Zona de pozas con toboganes y cascadillas.

La ruta acuática mezcla tramos donde el agua nos llega por las rodillas con un fondo de cantos rodados resbaladizos con pozas y toboganes entrelazados donde podemos divertirnos lanzándonos como si fuera un pequeño parque acuático. En algunas partes podemos ir por las zonas secas de los laterales cuando la vegetación lo permite.

Presa artificial para desviar el agua por una acequia.
Acequia que poco a poco se despega del río.

Tras un kilómetro de camino llegaremos a una presa artificial creada para acumular el agua que sale por un lateral a través de una acequia para alimentar los cultivos de las campiñas de río abajo. Tenemos la opción de seguir por la acequia, que poco a poco va ganado altura hasta llegar al paraje del Charco del Canalón a una altura de unos 10 metros. Pero no conviene seguir porque hay la acequia se adapta a una roca extraplomada sobre la pared y puede ser peligroso intentar pasar.

Charca del Canalón vista desde su parte alta.

Por tanto, seguimos por el río, saltando entre rocas y bañándonos en las pozas hasta que damos vistas a la cascadilla del Charco del Canalón. El agua cae de lo alto de la acequia que cruza el río a unos siete metros de altura sobre nuestras cabezas. Con cuidado nos podemos sentar en una roca debajo de la cascada para recibir un relajante masaje. A continuación, nos deslizamos hasta la enorme poza del Charco del Canalón, donde podemos disfrutar de un baño relajante si tenemos la suerte de encontrar un sitio donde dejar la mochila, porque este paraje bellísimo suele masificarse todos los fines de semana de verano.

Idílico paraje de la Charca del Canalón donde descansar dándonos un chapuzón.

Tras el baño, cruzamos el río y cogemos un carril que nos hace subir una cuesta hasta encontrar la bifurcación con la cadena puesta por la que nos desviamos unas horas antes. Sólo resta desandar el camino durante unos 30 minutos, buscando las sombras y aprovechando el frescor de la ropa mojada hasta retornar al coche.

Varios consejos. Esta propuesta acuática debe hacerse con cierta precaución por lo resbaladizo del suelo del río Verde. Darse un culazo o un costalazo está casi garantizado. Por eso conviene llevar bastones y sopesar el llevar niños a hacerla. Eso sí, debido a que casi todo el mundo opta por visitar el Charco del Canalón, está casi garantizado que disfrutaremos del río entero para nosotros hasta que desemboquemos en el mismo al final de la ruta.

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