En los años 80 las imágenes de Marbella que se conservan en el colectivo imaginario evocan playas llenas de turistas, La Venus en su antiguo pedestal dominando el mar junto a un paseo marítimo por el que pasaban los coches, los yates de ricos y famosos en Puerto Banús o los turistas perdiéndose por los callejones del casco histórico. De todo ello queda abundante documentación gráfica.

Sin embargo, había otra Marbella sobre la que únicamente una sola persona mostró en aquellos años el interés suficiente como para reflejarla mediante la fotografía: la realidad de los gitanos de Marbella a través de los ojos de 35mm de la fotógrafa Isabel Morero.

Sacais significa Ojos en romaní. Los ojos testigos de la fotógrafa marbellí Isabel Morero que, entre 1985 y 1988, se introdujo en la comunidad gitana de Marbella para mostrar cómo eran, como vivían, reían y sentían alejados de las postales costumbristas de nuestra ciudad. En unos días, a partir del 7 de octubre, el Hospital de la Misericordia y La Polaca acogerá una exposición fotográfica llamada Sacais que retrata de forma inédita a miembros de la comunidad gitana de mediados de los años ochenta en su día a día. Morero también ha recopilado en un libro las cincuenta fotos más destacadas de las muchas que hizo durante sus visitas a los hogares de los gitanos marbellíes.

El valor histórico y etnográfico de Sacais es incuestionable.

“Por aquella época yo estudiaba en Granada y tenía un profesor de fotografía increíble, Vicente del Amo, que me animó a retratar la realidad de los gitanos de Marbella. Mi padre, Salvador Morero trabajaba en Marbella Club y lo mismo se codeaba con jeques que con gitanos marbellíes. Él fue quien me presentó a El Muerte, un gitano que vivía en la calle Caridad junto a la iglesia de la Encarnación”, recuerda Morero.

El que una joven paya quisiera fotografiar a los gitanos en esa época era algo extraordinario, “el primer día fue difícil porque les costaba dejarse fotografiar. Sin embargo, cuando al día siguiente les enseñé las fotos todo cambió y me recibieron en sus casas con mucha alegría, sobre todo los niños”, relata la fotógrafa marbellí. “Hay que darse cuenta de que, en esos tiempos, los gitanos no estaban acostumbrados a que alguien les hiciera fotos. Contra lo que pueda darse por hecho, la comunidad gitana de entonces estaba unida por el carácter de las mujeres, ellas eran quienes daban cohesión a la familia y a la comunidad. Para mí fue un privilegio poder dejar constancia gráfica de un trozo de la historia de Marbella”.

Morero supo captar sin filtros ni producción la realidad de los gitanos de Marbella.

Las fotografías de Isabel Morero son un tesoro etnográfico e histórico. Además de en la casa de El Muerte y de su cuñada, que vivía donde ahora está la delegación de Cultura en la plaza de Altamirano, también dejó constancia fotográfica de los gitanos que vivían en La Florida, justo entre la actual estación de autobuses y el hotel Don Miguel y en la zona de Ventevacío, una zona paupérrima debajo del actual centro comercial La Cañada.

«La sobrina de El Muerte me llevó a Ventevacío y allí pude, como en otros lugares, reflejar sus vidas de la forma más real, sin filtros ni retoques. Nunca les dije lo que tenían que hacer. Para mí, Sacais refleja la mirada con la que yo los vi, también los ojos con los que ellos me miraban a mí y, como no, la del espectador cuando vea estas fotografías y saque sus propias conclusiones», revela Morero.

El escritor Alejandro Pedregosa se ha encargado de elaborar el prólogo del libro de fotografías Sacais. Además, el historiador Francisco Javier Moreno ha elaborado la Introducción.  En ella, Moreno destaca que “Isabel ahora recupera para presentarnos uno de los aspectos menos conocidos, el más opuesto a la Marbella de los años 80 del glamur y el relumbrón, el de la vida de los excluidos y segregados. Las fotografías traspasan el soporte físico, son la experiencia de un momento, un lugar y una etnia. Una suerte de confabulación artística que nos transporta a una etapa difícil para los gitanos, de vida marginal e incomprensión en plena transición democrática, en la que los derechos confrontaban con leyes caducas pero vigentes que mantenían el rechazo social y la percepción negativa de una forma de vida».

Ojos cerrados que reflejan mucho de lo vivido.

Isabel Morero, fotógrafa de vocación

Isabel Morero, licenciada en periodismo, comienza su andadura fotográfica en 1985 de la mano de Vicente del Amo, en la escuela de Artes y Oficios de Granada. Completó su formación en la Universidad de Harvard en Estados Unidos donde aprendió e investigó los procesos fotográficos del siglo XIX. Ha publicado en revistas de diversos países como en la B&W de Australia. Durante 3 años trabajó en el ámbito de la fotografía publicitaria y artística, decidiendo finalmente abandonar su faceta de fotógrafa comercial y dedicarse a la fotografía de creación. Ha realizado varias exposiciones entre las que cabe destacar PhotoEspaña en 1999 o las interpretaciones fotográficas de haikus de Mario Benedetti en 2011. Trabaja desde hace 36 años en el hotel Marbella Club.

Isabel Morero ha captado un trozo de nuestro pasado que nadie había querido captar.

A partir del 7 de octubre se inaugura la exposición, con veintitrés fotos expuestas en el Hospital de la Misericordia y catorce más en las paredes de La Polaca. El libro Sacais se ha elaborado gracias a la implicación de José María Sánchez Robles de la editorial Edinexus y al entusiasmo y apoyo económico de Pepi Montes de Import Montes. El libro cuesta 20 euros y puede adquirirse llamando al 623 10 30 78 o 617 33 64 48 o mandando un mail a Isabel.morero.fotografia@gmail.com o jmsr@edinexus.com.

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