Longitud del recorrido: 22,2 km

Dificultad: Media-Alta

Altitud de salida: 1.175 m

Altitud máxima alcanzada: 1.691 m

Desnivel positivo máximo: 520 m

Fuente: No hay en todo el recorrido. Conviene tratar el agua que cojamos de los ríos

La Vereda de la Estrella es una de las rutas de senderismo más espectaculares de Andalucía y de España. Permite conocer el valle del Genil hasta casi bajo el Mulhacén por un camino minero que recorre este inmenso barranco por su base, conociendo algunas de las minas que jalonan estos parajes y teniendo siempre enfrente algunas de las montañas más altas de España como el Mulhacén, la Alcazaba o el Veleta. La vuelta se hace subiendo a media ladera por la vertiente opuesta y descendiendo el valle con grandes vistas y Sierra Nevada a nuestra espalda.

Esta propuesta senderista se plantea como una ruta de dos días con pernocta en uno de los refugios que hay en el valle del Genil, en este caso en el pequeño del Aceral.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO

 Partimos del parking del Mesón Barranco de San Juan, pasado el pueblo de Güejar Sierra hacia el interior de Sierra Nevada hasta donde termina la carretera en el Barranco de San Juan.

Inicio de la ruta junto al Mesón Barranco de San Juan.

Tras dejar el coche, cruzamos un puente sobre el Genil, pasamos junto a unos carteles informativos de la Vereda de la Estrella, en los que se explica su origen: es el viejo camino que se construyó en 1890 para la explotación de las minas situadas en el valle del Genil. Para ello se construyó un tranvía que recorría parte del Barranco de San Juan, el conocido como Tranvía de la Sierra.

Los primeros quince minutos nos hacen subir varias cuestas para entrar en calor.

Tras informarnos, toca entrar en vereda y afrontamos un tramo inicial en cuesta que nos obliga a ejercitar los pulmones y que ayuda a entrar en calor.

Magnífico camino tras las primeras cuesta. En adelante hasta la mina de la Justicia el camino nos hace subir de forma suave y con buen firme.

La cuesta es corta pero intensa y nos sitúa a unas decenas de metros sobre el río Genil. A partir de entonces la subida será muy suave y paulatina por el magnífico camino minero.

Tras una media hora larga desde el inicio encontraremos a pie de ruta el castaño centenario al que apodan “El Abuelo”.

Abrazando el centenario castaño de El Abuelo.

Tras otra media hora nos plantamos en un primer cruce de caminos perfectamente señalizado. A nuestra izquierda podemos descender hacia el fondo del valle, donde nos espera el cruce del Puente del Burro para afrontar posteriormente la intensa subida de la Cuesta de los Presidiarios que nos llevará hacia el refugio de la Cucaracha. Nosotros optamos por continuar de frente. Ya volveremos al día siguiente por este punto.

Vereda de la Estrella
Justo encima de vuelta a la Vereda de la Estrella tras subir el empinado camino que nos trae desde la Cuesta de los Presidiarios.

Obviamos esta opción y giramos a la derecha siguiendo la misma senda que llevamos en dirección hacia el fondo del valle. Transitamos por la Vereda de la Estrella, un amplio camino de firme agradecido para los pies que sirvió hace décadas para transportar el mineral de cobre procedente de las minas de la Probadora, la Estrella y la Justicia. De frente, casi todo el tiempo, tenemos el Viso de las Nortes: las moles de la Alcazaba y el Mulhacén.

Espectacular firme por la Vereda de la Estrella.
Impresionante camino.
Cascada bajo la sombra del Mulhacen.
La Vereda de la Estrella nos permite recorrer la parte más salvaje del valle del Genil.

Tras pasar junto a las minas, el camino desciende para cruzar el puente sobre el río Guarnón, que nace en el Corral del Veleta, y que al unirse con el río Real forman el Genil.

Vistas al espectacular valle del Guarnon, con el Veleta en su cabecera.

El camino ya se ha vuelto sendero y nos acerca a la mina de la Justicia. Ya cerca del río continuamos durante unos minutos hasta el puente que cruza el río Real. Este punto es importante. Si optamos por girar hacia la derecha, una serie de hitos nos guían por un sendero bastante evidente que nos encamina en unos 15 minutos hacia Cueva Secreta por una cañada espectacular. La senda pasa junto a esta famosa covacha. Desde esta vemos un pequeño puente que cruza el arroyo y que nos encaminará hacia el sendero que nos llevará en fuerte ascenso hacia la laguna de la Mosca y el Mulhacén.

Vistas del camino que sube al Mulhacen desde Cueva Secreta.
Covacha de Cueva Secreta.

Nosotros tomamos un descanso en el puente de río Real. Algunos incluso aprovechan para darse un chapuzón en sus gélidas aguas. Posteriormente, cruzamos el puente hacia la izquierda tomando el sendero perfectamente visible que nos hará subir con decisión hacia el refugio del Aceral. Los pulmones se resiente con esta subida corta pero intensa hasta que se nivela el camino y empezamos a recorrer el barranco del Genil a media ladera, viendo a nuestra izquierda la Vereda de la Estrella que hemos recorrido hasta hace unos minutos.

Los valiente se bañan en el helado río Real.
Tras la intensa pero corta subida ganamos vistas hacia el puente donde los compañeros se bañaron hace un rato.

Tras una media hora recorriendo el sendero, nos introducimos en la cañada del Aceral a través de un pinar. Encontramos junto al sendero una chorrera de agua fresca. Este punto es estratégico: es donde aprovisionarnos de agua porque hasta el día siguiente a mediodía cuando lleguemos al puente del Burro sobre el Genil no encontraremos otro punto de agua. De hecho, quien decida hacer esta ruta y dormir en el refugio de la Cucaracha deberá venir a este punto, a 40 minutos de la Cucaracha, para hacer acopio de agua.

Poco a poco nos elevamos por encima del valle del Genil.
El camino nos lleva a media ladera durante unos 40 minutos hasta el refugio del Aceral.
Filtrando el agua en el barranco de el Aceral.

Llenamos las botellas tras filtrar el agua y afrontamos el tramo final de 10 minutos que nos acerca al refugio del Aceral. Esta pequeña edificación tiene lo básico, una habitación con bancos de piedra y una chimenea y otra sala con tarima de madera para que duerman unas cuatro o seis personas.

Interior de la Cucaracha.
Tarima para cuatro personas en el Aceral.

Lo mejor del Aceral son sus vistas: desde la misma puerta tenemos unas sublimes vistas de la Alcazaba y el Mulhacén y toda la cabecera del valle del Genil. Las luces del atardecer sobre estas cumbres embellecen más aún esta panorámica de postal.

Vistas al atardecer desde la puerta del Aceral: los tres miles.

Cuando estamos preparando la cena, sobre las nueve de la noche, aparece un montañero cordobés, Pepe. Va solo y se alegra de encontrar más gente ya que asegura que en la Cucaracha no hay nadie. Viene agotado y aprovecha que queda un poco de luz para ir a por agua a la chorrera del Aceral. Pasa una hora y, como no responde a nuestros gritos, (estamos un poco preocupados porque tarde tanto), vamos a buscarlo pero justo nos responde: se ha dado un baño completo en una charca, lavado su ropa y rellenado las cantimploras pero luego se las dejó en la chorrera y tuvo que volver a por ellas. Por eso se retrasó tanto.

Espectacular luna llena desde el Aceral.

Posteriormente, tras una charla nocturna contando batallitas montañeras nos vamos a intentar dormir (alguno lo consiguió). Hubo quien salió de madrugada y pudo recrearse con la intensidad de la luz de la luna llena sobre el Mulhacén.

Desayuno bajo el Mulhacén.
Recogiendo el equipaje tras desayunar en el Aceral.

Por la mañana desayunamos, recogemos todo y dejamos el refugio tal y como lo encontramos. Nos despedimos de Pepe, le queda un largo camino hasta el Mulhacén. Nos encaminamos por un bonito sendero que recorre un bosque mixto de encinas y pinos durante media hora hasta llegar al refugio de la Cucaracha.

Vistas al Veleta y el valle del Guarnon ya cerca del refugio del a Cucaracha.
A unos 80 metros del refugio de la Cucaracha podemos disfrutar de estas vistas del Mulhacén.
Tarimas de madera en la Cucaracha.

Tras una parada de reagrupamiento en este enclave abancalado continuamos por el sendero durante otros veinte minutos antes de iniciar el descenso por la Cuesta de los Presidiarios. La bajada hace sufrir las piernas hasta que llegamos al Puente de los Burros, donde alguno aprovecha para darse otro chapuzón ya que el sol empieza a apretar.

Descenso por la cuesta de Presidiarios.
Puente del Genil tras bajar Presidiarios.
Refrescando los pies tras el vertiginoso descenso por la Cuesta de los Presidiarios.

Toca cruzar el puente y remontar la cañada por una cuesta corta pero intensa que nos deja en el cruce de caminos que hicimos el día anterior. Nos sumamos por tanto a la Vereda de la Estrella. Toca volver hacia el coche que nos espera tras algo más de una hora de camino.

Lo más recomendable, una vez terminada la ruta, es almorzar unas migas o un plato combinado en alguno de los mesones que jalonan el Barranco de San Juan. Es la recompensa merecida.

Conclusión: Esta ruta circular por la Vereda de la Estrella es impresionante. El valle del Genil formado bajo la sombra de los Tresmiles es espectacular. Es una ruta dura y larga, incluso haciendo noche en uno de los refugios, que regala unas vistas y permite conocer algunos de los rincones más bonitos de Sierra Nevada.

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