La alcaldesa Ángeles Muñoz ha anunciado que  el Ayuntamiento va a destinar aproximadamente 3.5 millones de euros para incorporar los terrenos de Puerto Rico Alto y Bajo, calificados como sistema general de áreas libres, al patrimonio municipal.

La intención del Ayuntamiento es expropiar o comprar estos terrenos es dotar a Marbella de un parque forestal de más de 400.000 metros cuadrados en este paraje natural mediante la recuperación para uso público de dos parcelas que suman una superficie total de 220.000 metros cuadrados. Muñoz ha señalado que dará cuenta en el próximo Pleno ordinario del 30 de julio de las actuaciones que se están llevando “para poner a disposición de los ciudadanos un enclave de alto valor ecológico y con un fuerte arraigo en la ciudad”.

Por una parte, se está tramitando el expediente para obtener los terrenos ubicados en la finca Huerta de Zaragoza, en la zona conocida como Puerto Rico Alto. La parcela tiene una superficie de 392.854 metros cuadrados, de los que el Ayuntamiento es propietario de la mitad. Por otra parte, Muñoz ha explicado que “estamos en negociaciones con los dueños de otros 30.000 metros cuadrados de suelo de la zona en Puerto Rico Bajo, ubicados en una parcela donde una franja de 20.000 metros cuadrados ya es de titularidad pública”.

“Este paraje es uno de los más importantes para el municipio no solo por su riqueza medioambiental sino porque forma parte de las tradiciones del municipio”, ha recordado la alcaldesa, quien ha aludido a celebraciones locales que tienen lugar en este enclave, como la popular Fiesta del Tostón. “Nuestro objetivo es ponerlo en valor manteniendo sus características naturales para que los ciudadanos puedan seguir disfrutando de un espacio único”, ha añadido.

El detonante de este movimiento expropiador por parte del Ayuntamiento ha sido la supuesta ocupación de Puerto Rico Bajo por parte de una supuesta ONG, Mar Puro, hace casi tres meses.  Este colectivo acotó el acceso a la finca y  pretende poner en marcha un centro de reconexión con la naturaleza, que contendría un espacio de sanación holística y cuántica, un huerto ecológico, una granja escuela y un centro de terapias con animales. Ante estos hechos, la respuesta de la ciudadanía de Marbella fue de indignación absoluta. Tanto en redes sociales como por parte de diversos colectivos se reclamaba una actuación municipal para no ver privatizados uno de sus enclaves más significativos.

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