Tipo: Lineal
Duración: 4 horas (ida y vuelta)
Dificultad: Fácil/Media (depende de si se sube tras el puente)
Distancia: 7-11 Km

Es el tercer puente colgantes más grande de España en espacios naturales. El puente de El Saltillo, en Canillas del Aceituno, permite cruzar el desfiladero del río Almanchares a 78 metros de altura, 50 metros de longitud y 1,20 metros de ancho. Es, sin duda, la atracción estrella de una ruta apta para toda la familia (con un mínimo de fondo físico) que atrae a este paraje del sur de Sierra Tejeda a decenas de miles de personas al año.

Vistas de la vertiente sur de Sierra Tejeda.

La ruta comienza en el montañoso pueblo de de Canillas del Aceituno. Debemos situarnos junto al Ayuntamiento mirando al norte para ver al fondo de la plaza un calle que cuenta ya con un cartel anunciando el sendero. Las señales nos irán guiando mientras subimos las calles del pueblo hasta lo más alto.

Iniciando la ruta junto al ayuntamiento de Canillas. A la izquierda que la cafetería que se ve al fondo hay una señal marcando el camino.

Justo cuando abandonamos las primeras casas encontramos una bifurcación marcada. Si seguimos de frente afrontaremos la subida a La Maroma, la montaña más alta de Málaga. Optamos por ir hacia la derecha para situarnos en pocos metros en la acequia que abastece el pueblo.

Pronto abandonamos el pueblo que va quedando atrás.

La subida para salir del pueblo ha terminado. Toca ahora recorrer durante unos kilómetros un sendero perfectamente señalizado junto a la acequia. Dejamos atrás algunas fincas de cultivo y pronto tenemos unas magníficas vistas hacia el sur con el mar al fondo.

Espectacular paseo a media ladera por la acequia

Pasamos junto a una alberca, el Albercón, que es usada para almacenar agua destinada el riego del campo. Desde este punto hay unas magníficas vistas de Canillas del Aceituno y de parte de la Axarquía hacia la costa malagueña.

Dando vistas al puente en el corazón del barranco del Almanchar.

Seguimos junto a la acequia y, tras dejar atrás una pasarela metálica, nos encontramos un poste en una bifurcación donde tenemos que tomar una decisión: seguir la acequia hacia las pozas de donde se capta el agua que alimenta a Canillas del Aceituno o bajar hacia nuestra derecha hacia el puente colgante.

Bifurcación para bajar al puente. Nosotros seguimos de frente hacia las pozas.

Optamos por enfilar hacia las pozas. Casi de inmediato cruzamos varias pasarelas metálicas. Nos vamos introduciendo en el barranco del Almanchar así que pronto estamos rodeados de paredones calizos.

Pasamos por estas pasarelas colgadas del vacio.
Vista atrás con el puente allá abajo que visitaremos más tarde.
el valle se va cerrando conforme nos acercamos a las pozas.

Tras unos veinte minutos desde el cruce anterior llegamos a la primera de las pozas situada junto a la toma de agua de la acequia que surte de agua a Canillas del Aceituno. Podemos ir subiendo con cuidado remontando el arroyo entre pozas y cascadillas hasta un punto en el que hay que subir con una cuerda, donde optamos por volver hasta la primera poza.

Primera de las pozas.
Vista de las pozas desde lo alto.
Otra de las pozas.

Iniciamos el retorno al cruce del puente. El sendero nos hace descender de forma decidida haciendo zigzags por la ladera. En unos 20 minutos estamos junto al puente, una impresionante vista nos espera del mismo y de todo el entorno desde el centro del mismo.

Volvemos para iniciar el descenso hacia donde está el puente.
La cuesta hacia abajo es empinada.
Llegamos al puente. Solo admite a 10 personas a la vez.
Espectacular obra de ingeniería

Tras recrearnos con la panorámica decidimos continuar un poco por el sendero que nos llevaría hasta Sedella como parte de la Gran Senda de Málaga. Tras el puente comienza una dura subida por una espectacular ruta tallada en parte en las paredes rocosas, con cables en alguno de los puntos delicados. Este tramo no es apto para personas con vértigo, conviene pensárselo si quiere hacerse con niños.

El sendero está perfectamente equipado.
Mirada atrás en la dura subida tras pasar el puente.
El camino está tallado en la roca.

Tras la exigente subida, en unos 20/30 minutos nos plantamos en el otro lado de la ladera del barranco del Almanchar, viendo ahí abajo tanto el puente como la acequia por la que vinimos desde Canillas.

Desde el mirador se ve el puente bien abajo, lo que da idea de la exigente subida llevada a cabo.

Tras disfrutar de las vistas, decidimos volver sobre nuestros pasos. Bajamos con precaución hasta el puente. Luego toca la empinada subida hasta el sendero de la acequia que conviene hacerlo sin prisas para que no sufran los pulmones. De nuevo en el cruce, solo resta dirigirnos de vuelta hasta Canillas del Aceituno, donde podemos disfrutar merecidamente de la gastronomía serrana en alguno de los restaurantes del pueblo.

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