Han estado once días llevando a cabo la intervención más importante que se había hecho nunca sobre el navío hundido en las aguas de San Pedro hace más de 250 años. Han recopilado datos sobre el pecio, recuperado algunos objetos, tomado medidas, en definitiva, haciendo una primera toma de contacto de una campaña de estudio que durará hasta agosto del año que viene para conocer en profundidad este yacimiento arqueológico submarino.

Un equipo de 9 arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática (CAS), dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, profesores universitarios y una científica del CSIC han estado del 17 al 28 de septiembre varias horas al día bajo las aguas sampedreñas estudiando El Fernando, presumiblemente el navío que se hundió frente a San Pedro el 17 de octubre de 1760, como adelantó hace un año este periódico en el artículo:

El equipo ha estado coordinado por la directora del CAS, Milagros Alzaga, quien no ha querido confirmar la identidad del navío, “hasta que terminemos la intervención en el pecio, se analicen los objetos recuperados y estudiemos la documentación que tenemos. Una vez esté hecho el estudio, ya el año que viene, podremos confirmar si El Fernando es el pecio sampedreño. Volveremos más veces a San Pedro a seguir estudiando el pecio”.

Arqueólogos tomando medidas de la estructura del pecio.

Es la cuarta vez que Alzaga se sumerge para estudiar el navío hundido en San Pedro. Ya lo hizo en 2009, en 2014 y 2015. Las dos primeras inmersiones fueron sólo de un solo día para estudiarlo visualmente y en la tercera fue para probar un instrumental que desarrollado la Universidad de Málaga que utiliza una tecnología LIBS de láser para el reconocimiento e identificación in situ de materiales sumergidos en yacimientos arqueológicos.

Por tanto, ha sido en estos 11 días cuando de verdad los arqueólogos y docentes han podido estudiar El Fernando en profundidad. Gracias en parte a que las condiciones meteorológicas han sido buenas, excepto dos días que el Levante les ha impedido sumergirse. “Hemos tenido la suerte de encontrar el pecio cubierto por un sedimento muy fino, el suelo original del pecio estaba a apenas dos dedos con lo que los sondeos han sido muy sencillos”, relata la coordinadora de la intervención arqueológica.

“Hemos comprobado que el pecio está de costado sobre el lado de estribor. Hemos identificado la roda (la pieza principal en la proa de una embarcación.) y el codaste (madero grueso puesto verticalmente sobre el extremo de la quilla inmediato a la popa)”, ha referido Alzaga. También han comprobado cómo la popa está casi completamente desaparecida, como relató en su Memorial el capitán de El Fernando, Jerónimo de Argumedo.

Arqueólogos del CAS usando la tubería de succión para retirar sedimentos y estudiar mejor los restos del pecio.

“Hemos tomado muchísimos datos, de la artillería del pecio, de su arquitectura naval, se han tomado muestras de madera a las que haremos análisis de isótopos, estudiaremos qué tipo de madera es, etc. Queda mucho trabajo por delante”, explica Alzaga.

Los arqueólogos han podido confirmar que el pecio ha sido intensamente expoliado. “Es una pena porque este pecio es como un puzle y, si nos faltan piezas, será más difícil que tengamos un conocimiento completo del navío”, explica la directora del CAS. Por eso, es muy importante que quien tenga objetos o piezas sacadas del barco hundido los deposite en el Ayuntamiento o contacte con el CAS para hacerlo.

UN PROTOTIPO ÚNICO PARA LA HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN NAVAL

Los arqueólogos del CAS son responsables del estudio histórico-arqueológico del patrimonio subacuático de los casi 900 kilómetros de costa andaluza. Ahora han puesto el foco en nuestro pecio sampedreño. Uno de los motivos es que El Fernando, un prototipo basado en el conocido como Modelo Inglés, fue un eslabón esencial en la transición entre los galeones del siglo XVI y XVII y el Modelo Francés con el que se construirían los navíos que participarían a primeros del siglo XIX en la batalla de Trafalgar. De ahí la importancia de El Fernando para la historia de la construcción náutica en España.

Si quieres conocer cómo fue la increíble historia de la construcción y hundimiento del pecio sampedreño puedes hacerlo en este enlace:

DARLE EL VALOR QUE SE MERECE

Milagros Alzaga ha hecho hincapié en la necesidad de poner en valor este yacimiento subacuático. “Hemos identificado tres cañones junto al pecio que se quedarán ahí. Porque el objetivo debe ser que, quienes quieran visitarlo, conozcan su historia, sus diferentes partes y la importancia que tiene”, remarca Alzaga. Por eso, la directora del CAS quiere establecer una relación más estrecha con los diferentes clubes de buceo que frecuentemente acuden al navío hundido. “Nos gustaría formarles, explicarles las claves del pecio y que sean ellos quienes conviertan una inmersión en el navío en una visita guiada”.

También considera que debería instalarse una cartelería en la playa de San Pedro donde se explique la existencia, historia y contenido de El Fernando.

La directora del CAS apuesta además por dar charlas en los colegios e institutos y editar un cuadernillo sobre El Fernando para que los más jóvenes conozcan la importancia de este yacimiento arqueológico submarino.

PELIGROS Y AMENAZAS

Varios son los elementos que afectan especialmente al pecio sampedreño. El primero son los cada vez más violentos oleajes que sacuden las cuadernas de El Fernando. “Tenemos que pensar en una manera de crear una estructura que proteja al pecio de las olas, con el objetivo de evitar el impacto directo”, remarca Alzaga.

Otro riesgo para la estructura del navío es cómo los peces roen la madera cuando comen su alimento adherido a la misma. “Es normal que los peces hagan esto. Por eso, una solución podría ser plantar Posidonia en el yacimiento para proteger el pecio”, a la vez que serviría de reserva para peces, moluscos y crustáceos, ya que son lugares de puesta, refugio y alimento.

Mapa del pecio en el que pueden verse cañones y también tuberías abandonadas del emisario que periódicamente cubre de basura el pecio.

Sin embargo, la amenaza más grave para El Fernando es, desde hace muchos años sin que nadie lo haya impedido, la existencia muy cerca del pecio de un emisario de aguas fecales que vierte de forma periódica compresas, toallitas, plásticos, excrementos, etc., cubriendo en ocasiones con basura completamente al navío del siglo XVIII. La responsable de esta tubería del saneamiento integral es la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental a través de su empresa pública Acosol. Este organismo sabe perfectamente del perjuicio que provoca a este yacimiento arqueológico desde hace años, como ha denunciado este periódico en diversas ocasiones.

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